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Los elementos secuestrados de los bandidos rurales.
Y las respuestas llegaron el 5 de junio. Ese día, después de realizar una investigación basada principalmente en escuchas telefónicas, se efectuaron quince allanamientos. La mayoría de ellos fueron en un asentamiento ubicado en Las Catitas. En los procedimientos recuperaron varios de los elementos sustraídos.
Más de diez expedientes por robos se terminaron unificando en una megacausa calificada como asociación ilícita. El principal apuntado es un hombre de 32 años identificado como José Chino Quiroga, quien sería el jefe del grupo de bandidos rurales.
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El resto de los detenidos fueron formalizados como partícipes. Allí se encuentran su hermano Alejandro Chipi Quiroga (30) –que es empleado municipal-, el camionero Jonathan Vargas (32), Gustavo Safarano (53), el carnicero José Escudero (33), Marcos Parrilla (26), Héctor Fernández (48), Juan López (33), Hugo Lizarrga (40), el chofer José Cabello (44) y Armando Giménez (42), empleado de una clínica de salud.
El modus operandi de los bandidos rurales
Según la reconstrucción que hizo la Fiscalía departamental, en líneas generales la banda operaba cometiendo los robos en horarios nocturnos y luego vendiendo los elementos en distintos grupos de Whastapp de habitantes de la zona. Los sospechosos cumplían distintos roles. Una parte operativa estaba encargada de ejecutar los robos, otros los ocultaban y otros eran quienes lo vendían a terceras personas.
Por ejemplo, en el allanamiento de la casa de Armando Giménez se encontraron casi 40 baterías de gel que serían sustraídas de antenas telefónicas de la zona. De postre, estos elementos son de difícil venta en el mercado negro.
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También se recuperaron varias herramientas y bombas de agua de fincas de la zona. Esto producía una doble afección a las víctimas ya que además de quedarse sin esos elementos que son costosos, pero además derivaba en que los animales se morían deshidratados.
En relación ese último punto, los delincuentes a veces sustraían el ganado y luego lo terminaban faenando para venderlo en forma clandestina. En la carnicería de Escudero, ubicada en Santa Rosa, encontraron cortes de carne en mal estado y que no podía justificar su procedencia.
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Los elementos secuestrados de los bandidos rurales.
También se incautaron cinco armas de fuego, aunque en casi ninguno de los hechos hubo enfrentamiento armado, excepto en un ocurrido en la finca Peñaflor donde los malvivientes se dispararon con los caseros del lugar.
En los últimos días, desde la Fiscalía solicitaron la prisión preventiva de los once sospechosos. Para la acusación, deben continuar alojados en el complejo San Felipe ya que si recuperan su libertad podrían entorpecer la investigación que todavía está en proceso y no se descartan más detenciones. De hecho, los fiscales destacaron que desde que fueron atrapados los acusados no se volvieron a cometer más delitos de este tipo en la zona.
En los próximos días será el turno de los abogados defensores para presentar sus planteos y luego un juez resolverá si continúan detenidos o recuperan su libertad.
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