Mariana Paparini aseguró que debió tomar esa dura decisión porque era víctima de violencia de género. “Luca Guglielmino me golpeaba. Una vez estuve internada porque este tipo me dio una golpiza y hasta Tomasso sufrió traumas por eso”, relató. “No me vine por un capricho, me vine para protegernos. Eso está en el expediente”, agregó.La mujer subrayó que realizó sendas denuncias contra el hombre cuando vivía en el país europeo, pero cuando vino a Mendoza no pudo avanzar penalmente en estos expedientes por motivos económicos. “Él presentó testigos mientras yo estaba en Argentina y hasta me denunció por calumnas e injurias. Yo no podía pagar un abogado porque tenía que mantener a Tommy aca”, dijo la madre, que es docente en una escuela de Godoy Cruz.Paparini aseguró que su hijo no quiere volver al país europeo –algo que quedó en claro en el fallo de la Suprema Corte- y que desde hace cuatro años debe realizar terapia psicológica ante este temor. “No se respetó el derecho del niño. Él no habla el idioma y hasta le rogó a su padre que no hiciera esto”, narró. El pequeño habla una vez por mes con su progenitor mediante una videoconferencia por Internet.Si bien en los fallos anteriores, tanto de la Justicia de Familia como de la Cámara de Apelaciones, se decidió que Tomasso se quedara en la provincia, esto cambió en la Corte. “Los jueces anteriores se basaron en Tommy, más allá de todo lo otro. No entiendo cómo después de dos fallos preservando siempre al niño de repente dictaminan una barbaridad. Mi hijo me dice: ‘Mamá, ¿por qué nadie me escucha a mí?’. Es muy grave”.
Medidas a seguir Paparini adelantó que apelará el fallo y enviará el caso a la Corte nacional, aunque se mostró poco expectante y dijo que “pueden volver a decidir exactamente lo mismo”.En paralelo, la familia está realizando una junta de firmas
en la página web Chance, que hasta el momento tiene casi 1.500 adheridos. El texto escrito por el pequeño reza: “¿Quién me ayuda a defender mi derecho a elegir? El 21 de diciembre cumplo 10 años, yo no me quiero ir de Mendoza, aquí tengo todo lo que necesito ¿A quién le importa que no se respeten mis derechos?”. En tanto que la comunidad de la escuela donde Mariana es docente y donde su hijo acude, más amigos de la escuela de verano, plantean la posibilidad de realizar una movilización para hacerse escuchar por las autoridades.Los familiares saben que los tiempos apremian porque no sólo se avecinan fechas festivas como Navidad y Año Nuevo, si no que el 21 de diciembre el niño cumplirá diez años.