En la cárcel de Almafuerte existe el pabellón de Género y Diversidad. Dentro de él se encuentran presos que tienen una distinta orientación sexual al resto de la población carcelaria. En ese contexto es que se destapó una denuncia por abuso sexual que tiene como protagonistas a dos reclusas transexuales y que en los próximos días tendrá una audiencia importante que marcará el rumbo de la investigación.

Pamela Yanet Gallos (44) es una mujer transexual que desde la década del 2000 viene registrando entradas y salidas constantes de la cárcel. Causas y condenas por robos, daños y extorsión se replican en su prontuario de antecedentes, pero la pena más alta por la cual podría ser condenada la arriesga desde los últimos meses cuando fue denunciada por abuso sexual.

La mujer en sus momentos de libertad solía ejercer la prostitución en la Cuarta Sección de Ciudad, como le suele ocurrir a decenas de mujeres transexuales. En ese ambiente es que le robó a una persona durante una madrugada de noviembre pasado y terminó detenida, nuevamente. Pero su estadía en la cárcel no mejoró su situación procesal ya que ahora está imputada en un caso de abuso sexual.

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El abuso sexual ocurrió en el interior del complejo Almafuerte.

El abuso sexual ocurrió en el interior del complejo Almafuerte.

El abuso sexual entre presas trans

A fines de junio pasado, una presa transexual de 30 años -se reserva su identidad- presentó un hábeas corpus para que un juez revise sus condiciones de detención. Esta reclusa, que cumple una condena por causa intencionalmente un incendio en una casa, aseguró que había sido abusada sexualmente por Pamela Gallos.

La denunciante detalló que los abusos sexuales ocurrieron en una celda del pabellón 6 ala 1 de la cárcel Almafuerte, donde fue abordada por la reclusa en reiteradas ocasiones entre febrero y abril de este año. Según su relato, Pamelo Gallos la amenazaba con armas blancas, la penetraba analmente y hasta filmaba con un teléfonos celular los vejámenes. Incluso relató en una ocasión que la arrojó al suelo, la pateó y le arrojó agua caliente con una pava.

La mujer explicó que con el video de los abusos sexuales, la atacante se comunicaba con su familia y los extorsionaba a cambio de dinero.

El fiscal de Delitos Sexuales Gonzalo Marzal la imputó por abuso sexual con acceso carnal agravado por la convivencia, delito por el que arriesga una pena de entre 8 y 20 años de prisión. Incluso solicitó la prisión preventiva de la presa transexual, por lo que el próximo jueves se realizará una audiencia ante una jueza que evaluará las pruebas del expediente.