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La autora del recordado crimen en Alemania.
El crimen de su hija
Marianne Bachmeier y su hija Anna tuvieron una vida bastante convencional desde entonces, hasta los 7 años de la niña. Un día de 1980, un carnicero de 35 años secuestró a la pequeña, la llevó hasta su casa, la abusó sexualmente y la terminó estrangulando con un par de medias.
El brutal autor del crimen fue identificado como Klaus Grabowski. Fue detenido al poco tiempo. Los detalles que surgían eran cada vez más escabrosos: tenía antecedentes de abuso sexual, fue sometido a una castración química e intento justificar que fue la pequeña Anna, de tan sólo 7 años, quien la sedujo y la quiso extorsionar.
Un año después, el asesino y violador confeso se sentó en el banquillo de acusados en un juicio oral y público. Claro que Marianne Bachmeier era una de las personas que asistía al Tribunal ubicado en Alemania.
El juicio se encaminaba a una dura condena contra el autor del crimen. Pero la mujer decidió no esperar tanto. El tercer día del debate ingresó a la sala con una pistola escondida entre sus prendas de ropa. En medio del juicio, acribilló de siete disparos al asesino de su hija.
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La vida tras el crimen por mano propia
Claro que Marianne Bachmeier quedó detenida tras ese conmocionante crimen que cometió a vista de todo el mundo. Dos años después fue condenada, tras varias idas y vueltas por las polémicas que generaba el caso. Recibió una pena por “homicidio no intencional” de 6 años de prisión, aunque cumplió sólo la mitad.
La mujer vendió su historia de vida por una suma importante de dinero a una revista de noticias de Alemania. Se fue a vivir al extranjero tras cumplir la condena por el crimen. Primero a Nigeria y luego a Italia, aunque regresó a Alemania con sus 46 años tras ser diagnosticada de un cáncer que terminó con su vida, pero dejó un gran legado en la historia criminal.