En India, el 13 de agosto de 2004, un tribunal se transformó en el epicentro de una venganza colectiva con un linchamiento brutal a un violador y femicida.
El día que 200 mujeres lincharon y mutilaron a un violador y femicida
El hombre fue linchado en plena audiencia judicial en su contra
Akku Yadav (32) compareció ese día ante la corte por cargos de violación y femicidio. Había abusado a más de 40 mujeres y matado al menos a 3.
En lugar de un veredicto sereno, estalló el caos: unas 200 mujeres irrumpieron en la sala linchándolo, apuñalándolo, apedreándolo y mutilándolo hasta la muerte.
El hombre que terminó siendo linchado en la India.
El abusador y femicida que fue linchado
Akku Yadav creció entre bandas criminales y pobreza extrema. Su primer crimen conocido data de 1991: una violación en grupo que marcó el inicio de una década de sadismo.
Junto a su banda extorsionaban a las personas, invadían casas de la India y seleccionaban a mujeres y niñas como presas fáciles. Una de sus víctimas más notorias fue una mujer a quien torturó frente a su hija y vecinos cortándole los pechos antes de despedazarla en la calle.
Otro femicidio escalofriante involucró a un hombre al que desnudó, quemó con cigarrillos y obligó a bailar ante su hija de 16 años.
El linchamiento de 200 mujeres
El juicio de Akku Yadav era un ritual esperado de fracaso. A pesar de las evidencias, los abogados habían logrado aplazar el proceso múltiples veces, alegando tecnicismos.
Las mujeres hartas de la corrupción policial y judicial que protegía a femicidas como él, organizaron una protesta masiva. Armadas con cuchillos de cocina y piedras, irrumpieron en la sala del tribunal.
El linchamiento fue instantáneo: arrojaron especias en los ojos de Akku Yadav para cegarlo, lo apuñalaron repetidamente en el torso y la cabeza, y lo lapidaron hasta que su cuerpo quedó irreconocible. Una de las agresoras, en un acto de furia simbólica, le cortó el pene, gritando: "¡Por todas las que violaste!".
Las cámaras de video locales y de noticieros, que cubrían la audiencia por su notoriedad, capturaron no solo el linchamiento, sino la explosión de celebración que lo siguió.




