Ciclo lectivo 2026

La DGE confirmó que en 20 escuelas se hará una prueba piloto con los cambios en la secundaria

Así lo anunciaron desde la DGE. La intención principal es acercar la escuela a la realidad de los estudiantes. El SUTE planteó objeciones a través de un documento

Como parte de la transformación de las escuelas secundarias que impulsa el Gobierno provincial, la Dirección General de Escuelas (DGE) de Mendoza pondrá en marcha, a partir de 2026, una experiencia piloto en más de veinte instituciones de nivel medio de la provincia.

La iniciativa, aprobada recientemente en el Consejo General de Educación, busca modificar aspectos de la organización institucional, el régimen académico y las formas de enseñanza y evaluación.

Así lo confirmó la subsecretaria de Educación, Claudia Ferrari, quien explicó que el proceso “forma parte de un trabajo de consenso entre diversos sectores políticos, gremiales y académicos”, y que se enmarca en el plan nacional del Consejo Federal de Educación para definir las llamadas escuelas de innovación.

Por su parte, el Sindicato Unido de Trabajadores de la Educación (SUTE) ha planteado algunas objeciones al documento aprobado por el Consejo y quiere que los docentes se informen al respecto.

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Uno de los ejes del cambio será la formación y evaluación docente.

Uno de los ejes del cambio será la formación y evaluación docente.

Escuelas secundarias piloto para el 2026

A partir del ciclo lectivo 2026, más de veinte escuelas secundarias mendocinas serán parte de un plan piloto que pondrá a prueba los cambios que la DGE propone para transformar la secundaria.

Estas instituciones fueron seleccionadas como “escuelas de innovación”, una categoría impulsada por el Consejo Federal de Educación, y funcionarán como laboratorio de experiencias antes de extender las modificaciones al resto del sistema.

El objetivo, según explicó la subsecretaria de Educación, Claudia Ferrari, es “repensar la organización institucional y las prácticas pedagógicas para que los estudiantes aprendan con mayor sentido y conexión con su realidad”.

Entre los cambios que se pondrán a prueba se destacan:

  • Proyectos interdisciplinarios: los docentes de distintas materias trabajarán en conjunto sobre un mismo tema o problema, con el fin de integrar contenidos y vincular el aprendizaje con situaciones reales.

  • Nuevas formas de evaluación: se buscará dejar atrás los exámenes tradicionales para incorporar rúbricas compartidas entre profesores, evaluaciones por proyectos y un seguimiento del progreso de cada estudiante.

  • Tutorías y acompañamiento personalizado: además del docente de aula, se incorporarán figuras de tutores que acompañen las trayectorias educativas, sobre todo en los casos de mayor vulnerabilidad.

  • Organización institucional flexible: las escuelas podrán reorganizar grupos, horarios o espacios según su realidad edilicia y comunitaria, para favorecer proyectos colaborativos o aprendizajes en contexto.

  • Formación docente continua dentro de la escuela: cada institución contará con instancias de capacitación internas para los equipos docentes, con el propósito de acompañar los cambios pedagógicos.

La experiencia piloto permitirá ajustar y evaluar cada una de estas transformaciones antes de extenderlas a más escuelas en los años siguientes.

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El SUTE planteó algunas objeciones a los cambios que se quieren implementar en las escuelas secundarias.

El SUTE planteó algunas objeciones a los cambios que se quieren implementar en las escuelas secundarias.

Las objeciones que planteó el SUTE

Desde el SUTE cuestionaron, por un lado, la metodología del debate y también puntos específicos del documento de reforma. Ana Nanfara, representante gremial en el Consejo General de Educación, explicó que la objeción “no es solo de forma, sino también de contenido”, y que se presentó formalmente para que quede incorporada al acta final del Consejo.

El sindicato advirtió que el proceso de discusión fue limitado, ya que cada espacio pudo participar con pocos representantes y solo en una de las comisiones temáticas, lo que redujo la pluralidad de voces. Además, varios de los planteos que figuran en el documento final -como la evaluación docente periódica, los concursos por perfil y el examen final integrador- no habrían sido tratados en las comisiones donde el gremio intervino.

Entre los puntos más objetados por el SUTE se destacan:

  • Evaluación periódica de desempeño docente: el gremio rechaza que la evaluación se enfoque en los docentes y no en el sistema educativo en su conjunto. Sostiene que este tipo de control “no puede ser punitivo ni estar vinculado al salario”, y que antes de medir resultados individuales deben evaluarse las condiciones institucionales y de infraestructura.

  • Concursos por perfiles y no por horas cátedra: el sindicato advierte que este cambio podría implicar una “flexibilización” de la tarea docente, permitiendo que profesionales de áreas generales reemplacen a especialistas en materias específicas. Defienden la actual modalidad de horas cátedra como garantía de estabilidad laboral y transparencia en los movimientos estatutarios.

  • Sistema cuatrimestral y examen integrador anual: consideran que esta propuesta modifica las formas de enseñanza y evaluación sin haber sido discutida en profundidad en el Consejo.

  • Premio a la productividad: rechazan la idea de vincular el desempeño docente con resultados medibles o métricas de logro, recordando que “la educación no puede evaluarse como un sistema de producción”.

  • Revisión del Estatuto Docente: El SUTE sostuvo que toda modificación de este instrumento debe garantizar los derechos laborales y no puede avanzar sin consenso del sector.

Finalmente, Nanfara señaló que el Consejo General de Educación “es un órgano consultivo y no resolutivo”, por lo que los acuerdos allí alcanzados no son de aplicación inmediata.

Acerca de este punto, desde la DGE aclararon que el paraguas normativo nacional lo proporciona el Consejo Federal de Educación (CFE) y la provincia a través de la DGE ajusta la normativa que haga falta jurisdiccionalmente