El segundo interrogante a resolver es determinar si el uniformado accionó el gatilló por accidente o tuvo intención de cometer el femicidio. La fiscal de Homicidios Claudia Ríos se inclinó por la segunda versión y lo imputó por homicidio agravado por el vínculo, por mediar violencia de género y por el uso de arma de fuego. Incluso en los últimos días solicitó la prisión preventiva, medida que ahora deberá resolver la jueza Mariana Gardey.
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En su planteo, la investigadora judicial se basó en gran parte de las declaraciones que brindó el menor de 4 años tanto en entrevistas preliminares como en cámara Gesell. El niño no sólo dijo que "mi papá mató a mi mamá" sino que agregó que "la estaba peleando en la cama y entonces mató a mi mamá". El menor dijo otras frases como que su progenitor "se porta muy mal" y que "estaba arreglando el arma, hizo así -movimiento brusco con la mano- y salió el tiro para mi mamá".
El hijo de la pareja también describió otra situación a la que ya habían hecho referencia otros miembros del entorno familiar: que el propio niño solía manipular las armas de fuego de su padre y hasta se colocaba el chaleco antibalas.
Tras el pedido de prisión preventiva que efectuó la fiscal Ríos hace diez días, al cual adhirió la querellante Jimena Villanueva, este martes se escuchará la contrapropuesta del abogado defensor Leonardo Pascón. Luego, la jueza Gardey decidirá si los elementos son suficientes para que el uniformado continúe alojado en la penitenciaría.
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Valeria Ramírez, la víctima del presunto femicidio en el barrio La Gloria.
Crimen en Godoy Cruz
En la noche del 25 de noviembre pasado, Franco Cuello y Valería Ramírez se encontraban en la habitación del domicilio donde convivían en el barrio La Gloria. La mujer recibió un disparo a corta distancia que ingresó por su nariz, la atravesó hacia su tórax y salió por la espalda. Perdió la vida a los pocos minutos. El policía que presta servicios en el Grupo Especial de Seguridad (GES), una de las divisiones más selectas de la fuerza, manifestó informalmente que había sido el hijo de 4 años quien efectuó el tiro pero luego terminó admitiendo ante sus colegas que se le escapó cuando limpiaba el arma -siempre bajo la teoría de un accidente.
La fiscal Claudia Ríos no creyó en su versión y ordenó la detención. Tras ser imputado quedó alojado en la penitenciaría ya que arriesga una potencial condena a prisión perpetua por el hecho de sangre.