La particularidad de este homicida era que atacaba sus víctimas con la cara cubierta para no ser reconocido.
Al observar la situación, este asesino serial agarró una piedra y tomó por sorpresa a la pareja, a quienes agredió de manera violenta y reiterada, primero a Iliaz, a quien dejó inconsciente, y luego a la mujer la golpeó en la cabeza, matándola en cuestión de segundos.
El 8 de diciembre, Waqanivalu vio un minibús estacionado cerca de un cañaveral en Wavuwavu, un popular lugar de copas.
Aprovechando que nadie lo observaba, el "criminal de las plantaciones" se acercó al lugar y armado con una barra de hierro subió al vehículo para golpear con ese objeto a los dos ocupantes hasta matarlos: eran Vonivate Kubu, un joven de 26 años, y su novia, Saraseini Batiratu, también de 26.
La conducta delictiva y criminal de Waganivalu no terminó ahí, ya que luego avanzó unos metros y abordó a otras dos personas que se encontraban en el lugar, Adrian Jotish Lal (21 años) y Eleni McGoon (20), para después golpearlas con la misma barra de hierro y asesinarlas brutalmente.
Ese mismo mes y tras una rápida investigación, Waqanivalu fue detenido por fuerzas policiales y además de vincularlos con estos cuatro homicidios, también se lo vinculó al asesinato de Devi.
En un primer momento, este criminal se declaró inocente, pero curiosamente modificó su declaración para evitar pasar el resto de su vida en prisión.
A pesar de sus intentos por recibir un castigo menor al que esperaba, la Justicia lo condenó a cinco cadenas perpetuas simultáneas, que en Fiyi equivale a 10 años de máximo cada una, pero además le sumaron también otros 10 años adicionales por haber sido responsable de robo con violencia.
A la hora de establecer los años que iba a recibir "el criminal de las plantaciones", el Tribunal Superior condenó a e este homicida a 29 años de prisión efectiva, 19 por los asesinatos y 10 por el robo con violencia.
El padre de una de las últimas víctimas, Vonivate Kubu, quedó conforme con la condena que le impusieron a Waqanivalu, pero reveló que le preocupaba lo que harían la esposa de Waqanivalu, Miriama Adibocua, y su hija de 6 años para sobrevivir.
"La esposa y la niña no sabían lo que había sucedido, así que me preocupa mucho lo que harían durante los 29 años que Waisale estaría en prisión", sostuvo Kubu.
En ese sentido, la esposa del asesino serial, Adibocua, exteriorizó su angustia y preocupación por la sentencia de su esposo, pero afirmó que confiaría en la "fuerza de Dios" para apoyarlas a ella y a su hija.
De acuerdo a lo que contaron personas cercanas a la familia del asesino serial, Waqanivalu "cambió mucho por el bien de su hija, con quien mantiene una estrecha relación" más allá de que continúa en prisión.