Asesino cárcel criminal
Tony Ables, el asesino serial de Florida, tuvo una agitada infancia, en la que su padre abusó de su madre hasta que ella abandona la familia.
Foto noticiasargentinas
Tras ser identificado por el aporte de algunos testigos, fue rápidamente detenido y en marzo de 1971 fue condenado a cadena perpetua (en este caso equivalente a 25 años) por homicidio en primer grado.
Luego de cumplir 12 años en una cárcel estatal, en 1983 fue puesto en libertad condicional y consiguió un empleo como obrero en una empresa de construcciones.
Curiosamente, y pese a tener una ocupación estable, su ola de crímenes no cesó y cinco meses después de ser beneficiado, el 25 de junio, rompió la ventana de un departamento en Worcester, Massachusetts, y mató a Adeline McLaughlin, una viuda jubilada de 83 años.
Este asesino serial asfixió a la mujer con una almohada y luego desvalijó el domicilio de esta jubilada que era muy querida por los vecinos y cuyo crimen provocó una gran conmoción en la ciudad.
Continuando su raid delictivo, el 14 de febrero de 1987, día de San Valentín, Ables violó y mató a su novia, Deborah Kisor, de 31 años, oriunda de Monterrey, California. La mujer fue vista por última vez un día antes cuando llamaba desde un teléfono público frente a un edificio.
Kisor fue encontrada sin vida por una persona que pasaba por un camino cerca del puente del Parque Roser y su cuerpo, vestido sólo con una blusa y un saco, tenía moretones en las piernas. Además, junto al cadáver había un jeans azul.
Este temible asesino serial, a pesar de la relación amorosa que tenía con la víctima, no fue detenido en ese momento como sospechoso del asesinato por serias falencias en la investigación.
Luego de ese cruel homicidio, Ables volvió a ponerse de novio, pero el 4 de junio de 1990, en que se encontraba borracho, discutió con su nueva pareja y compañera de piso, Marlene Bruns, de 48 años. En medio de una situación violenta, el homicida empujó a la mujer por las escaleras, luego la golpeó y la pateó hasta matarla.
Al salir del departamento, mientras se limpiaba la sangre de las manos, Ables fue visto por testigos, quienes ya habían alertado a la Policía por una pelea en el vivienda que compartían.
Cuando llegaron los uniformados detuvieron de manera inmediata al asesino y hallaron el cuerpo tendido en el piso de la mujer. Ables fue acusado de asesinato en primer grado y quedó detenido sin fianza en la cárcel del Condado de Pinellas.
El asesino serial enfrentó el juicio por el asesinato de Burns y sentenciado a morir en la silla eléctrica, pero dos años después, el juez Bob Barker conmutó la sentencia por cadena perpetua, debido a que el acusado, aparentemente padecía problemas de salud mental.
Este diagnóstico fue confirmado por su hermano, Anthony, quien aseguró que tuvo una agitada infancia, en la que su padre abusó de su madre hasta el punto en que ella abandonó a la familia, y que esto definitivamente fue un factor contribuyente.
Paralelamente, los homicidios de McLaughlin y de Kisor quedaron sin resolver y parecía que los investigadores no iba a encontrar al autor de esos crímenes.
Asesino cárcel Florida
Tony Ables asesinó entre 1970 y 1990 a un hombre y a cuatro mujeres, pero lo condenaron por dos homicidios.
Foto gentileza univision.com
Pero en un hecho casual, en 2006, cuando detectives de homicidios enviaron el ADN de Ables al Departamento de Aplicación de la Ley de Florida, los datos coincidieron con evidencia descubierta en los cuerpos de ambas mujeres.
El múltiple asesino no fue acusado del crimen de Kisor, ya que mantenían una relación sentimental, pero las autoridades consideraron el caso cerrado. De todas maneras, Ables fue imputado por el homicidio de McLaughlin, aunque hasta el momento no hubo juicio por ese crimen.
El Mayor de la Policía estadounidense Michael Puetz remarcó en aquel momento que hay serias sospechas de que Ables sea responsable de otros brutales homicidios, con los que aún no se lo ha investigado.