Avanza a paso firme la investigación contra una docente acusada de entregar a menores de edad a su marido para que los abuse sexualmente. Se dictó la prisión preventiva para la sospechosa, en tanto que el agresor sexual ya fue condenado meses atrás.
Roxana Edith Donoso Villalobos continuará privada de su libertad aunque bajo la modalidad de prisión domiciliaria, la cual se concretará en el mismo domicilio del barrio Unimev de Guaymallén donde ocurrieron los hechos.
La jueza María Alejandra Mauricio accedió al pedido de la fiscal de Delitos Sexuales, Virginia Rumbo -subroga a su par Darío Nora-, y dictó la medida de coerción. Aunque también hizo lugar al reclamo del defensor, Gustavo Ruggero, en que la detención no se haga efectiva en el penal.
Donoso se encuentra detenida e imputada como partícipe primaria de abuso sexual gravemente ultrajante desde los últimos días de mayo pasado.
La causa original contra su esposo, Jorge Elías Ramón Caligiuri (68), nació en marzo de 2016 pero en un principio los investigadores no tenían elementos para sospechar que su pareja era cómplice o encubridora de los vejámenes.
Todo cambió a mediados de mayo, cuando el hombre estaba siendo juzgado por hechos cometidos contra tres víctima y se sumó una cuarta denuncia penal. En esa nueva acusación una menor declaró en cámara Gesell que el hombre la abordó en una habitación, tocó sus partes íntimas y hasta le sacó fotografías.
Pero llamó la atención que detalló que Donoso fue quien la llevó hasta el primer piso del domicilio donde se encontraba la pieza. Esto fue lo que derivó en su detención.
Aberrante
Ramón fue acusado en marzo de 2016, porque los padres de unas mellizas de 9 años descubrieron que sus hijas habían sufrido abusos cuando tomaban clases particulares en la casa del hombre, en el barrio Unimev de Guaymallén. Según la denuncia que radicaron los progenitores, los hechos ocurrieron durante un lapso de dos años.
Tras esta presentación judicial, dos semanas después se sumó una tercera víctima, de 10 años, quien también acudía a clases en ese lugar.
En la causa consta que en realidad la docente era la esposa de Ramón, pero este último solía ayudarla debido a la cantidad de niños y jóvenes que asistían al domicilio.
El hombre fue condenado a 18 años de cárcel por los tres primeros hechos, pero la sentencia fue recurrida por la defensa y ahora será la Suprema Corte de Justicia la que tenga la última palabra.