A pesar del estado de ebriedad que tenía, y de la dificultad para hablar, el principal acusado dijo que estaban en una fiesta, se subieron a un vehículo, luego los bajaron en ese lugar y no recuerda más nada de lo que pasó.
Pero pasadas las 9.30, encontraron un auto con el parabrisas roto y otros daños que estaba frente al barrio Las Bóvedas, en un badén sobre la Ruta 52, en Luján.
Los policías se acercaron al Renault Scénic, y encontraron al hombre de 43 años y su pareja de 40 años, además vieron que había elementos que se usan cuando se hace un asado en la montaña.
Ante las averiguaciones para saber si esta pareja tenía algo que ver con el crimen de Rodríguez, finalmente contaron que ellos habían ido a la montaña junto con Ivars y Rodríguez, donde comieron un asado.
Al regresar, estaban todos borrachos y el conductor del auto estuvo a punto de chocar dos veces.
Esto molestó a Ivars, y peleó con el conductor, pero al llegar a la altura del túnel 3, lo bajaron a él y a Rodríguez del Renault. Cuando el conductor quiso retomar la marcha, los habría atropellado y las víctimas quedaron sobre la calzada.
La pareja detenida contó que creyeron que sus amigos estaban muertos, se volvieron y con un hacha de mano los hirieron para asegurarse que estuvieran los dos sin vida.
Esto coincide con los profundos cortes que encontraron a simple vista en la cabeza de Rodríguez, y las heridas, muchas de ellas también en la cabeza, que tenía Ivars.
Los dos fueron detenidos y quedaron como autores del hecho a disposición de la fiscal de Homicidios Andrea Lazo, quien en un primer momento había activado el protocolo de femicidio creyendo que el hecho apuntaba hacia ese lado, pero ahora la investigación dio un giro completamente inesperado.
Se espera que en las próximas horas la fiscal impute a la pareja por lo ocurrido.