“¿Está mal que a los niños nos toquen, mamá?”.
Cronología del presunto abuso sexual en el baño de una escuela y qué se activó con este caso
Las medidas que se vienen y qué observó cada organismo del Estado en las palabras de la nena. Dos de los albañiles señalados tienen antecedentes
Así comienza el relato de la madre. Según ella, con esas palabras se le acercó su hija el viernes 14, cuando las dos estaban en su casa y anochecía. Contó que ella le respondió que sí. Que claro que estaba muy mal que a los niños los toquen y que ella ya lo sabía a eso. “¿Por qué me lo preguntás?”, la inquirió. Dice que su hija le devolvió un mazazo:
“El trabajador de la escuela me toca. Me saca mi ropa y me manosea”. Esto está contado por la propia progenitora e incluso brindó datos mucho más específicos a la prensa. No los repetiremos acá.
Siguiendo la versión de la familia —que la nena ya ratificó en su primera entrevista con el Programa Provincial de Maltrato Infantil, según supo UNO— luego agregó que el agresor es un albañil. Y que el abuso sexual había ocurrido en el propio baño de su escuela, en Guaymallén. Durante un recreo, agregó la familia.
Pocos minutos después de la revelación, ese viernes, madre e hija ingresaron a toda velocidad por la puerta del Hospital Humberto Notti. A la nena se le aplicó el procedimiento de rutina para casos así, conocido como el “kit”, que entre otras cosas evita enfermedades de transmisión sexual. Los mismos médicos también le avisaron a la Justicia, cosa que la madre ya había hecho, de acuerdo a fuentes judiciales.
El reclamo de padres terminó en una batalla campal en la puerta de la escuela.
A la mañana siguiente un equipo de investigaciones aterrizó en la escuela. Era sábado 15. El puñado de efectivos traspasó el hall principal y se acercó a los dos lugares que son decisivos para este caso: el baño de mujeres y la obra en construcción. De donde habría salido el hombre que abusó a una nena de nueve años.
Después de inspeccionar, ese sábado la Justicia tomó declaración informativa a las dos primeras personas que, luego de la madre, hablaron en la causa: la directora y la maestra de la nena. Hoy ninguna de las dos está en la escuela, porque las licenciaron. Horas más tarde se enteró la empresa. La Justicia recibió los nombres de los albañiles de inmediato. DGE, poco después.
Estudian hacer una rueda de reconocimiento
El martes a las 9 de la mañana, la menor tuvo su primera entrevista con el Programa Provincial de Maltrato Infantil. La reunión fue mejor de lo que esperaban en algunos aspectos. Fuentes de distintos ámbitos informaron que ratificó totalmente los dichos y también brindó tres detalles físicos del posible agresor.
Lo más fuerte vino el jueves. Poco antes del mediodía se realizó la Cámara Gesell. La nena se sentó, habló y los profesionales que la vieron aseguran que estaba “orientada y lúcida”. Marcan que detalló los hechos con firmeza. A la salida, este diario recogió un testimonio que ilustra la imagen que dejó en uno de los organismos intervinientes: “El relato que dio es absolutamente creíble”. Dan a entender que no hubo fallas ni contradicciones.
Debido a esa “solidez” de la que hablan en su testimonio, entienden que se puede avanzar con una rueda de reconocimiento que se haga esta misma semana, según contó una fuente oficial. Es al menos una de las posibilidades, aunque “adentro” hay detractores a esta idea porque entienden que puede ser revictimizante y no siempre es necesaria.
El reclamo de padres en la puerta de la escuela.
Otra posibilidad es hacerlo con fotos, pero se definirá después del martes, cuando hay otra entrevista con especialistas. Hasta ahora la familia cumplió con todas sus citas, salvo un encuentro con el ETI, a finales de esta semana. De todos modos, no parece haber, en principio, ningún problema intrafamiliar. Es la primera lectura del Estado.
Dos de los albañiles tienen antecedentes
Dos de los albañiles que figuran en la causa tienen antecedentes penales. Son “antecedentes menores” y no configuran conductas relacionadas con el abuso sexual. Hay cierto perfil del abusador que se relaciona usualmente con lo que cuenta su prontuario. No es el caso de estos dos.
En total son siete, como se ha contado. La empresa los tuvo trabajando desde el 1 de julio en el establecimiento. La obra tenía que terminar a finales de diciembre, porque tenía un plazo de seis meses. Estaban construyendo una galería y dos aulas, que iban a estrenarse en el ciclo lectivo 2026. Probablemente se reanuden cuando terminen las clases.
Según DGE, la empresa constructora se movió todo el tiempo bajo los protocolos correctos y con todos los parámetros para que los obreros no pudieran cruzarse con los niños. Si el relato de la nena es cierto, algo pasó para que se rompiera ese sistema, el cual lamentablemente falló.
De todas las personas consultadas y de la versión que tienen las áreas del Estado intervinientes, surge lo mismo, aunque sea una obviedad: nadie vio a uno de esos hombres en la zona de los baños. Desde luego, no significa que no haya ocurrido.
No hay registros anteriores de abuso en la escuela
Es mentira que había antecedentes de abuso en la misma escuela. Al menos, a la Justicia no le consta ni una sola denuncia formal al respecto. Esto contrasta con los dichos de algunos padres, que llegaron a decir que era la segunda vez que ocurría algo similar y acusaron —sin pruebas hasta acá— a directivos de haber encubierto a otro abusador dos años antes. No existe ningún registro de esto.
Se tomó una declaración testimonial a los albañiles, pero por ahora no hay imputados ni aprehendidos en la causa.
Igual, la directora se hizo merecedora de buena parte del enojo. Entre las pancartas de los que se manifestaron hubo algunas que eran para ella directamente. Algunos carteles pedían justicia. Otros, simplemente echarla. Hay mucha bronca previa por otros motivos.
“Es una forra que se nos reía en la cara cuando fuimos a pedirle respuestas”, dijo una familiar directa de la menor.
Fue la propia DGE quien la convenció de tomarse licencia. Es más, fuentes entendidas afirman que es probable que esa mujer no vuelva nunca más al establecimiento. No porque haya hecho algo malo ni su desempeño sea necesariamente negligente —lo cual no se descarta—, sino porque sencillamente la relación con los padres quedó rota. Parece terminada, de hecho.
El parte de la policía habla de un ataque a las dos: a la docente y a la directora. En las imágenes de ese lunes y martes de furia no se vio. Sí hubo una batalla campal con una mujer que pasó vendiendo tortitas en su auto. Increpó a los padres que cortaban la calzada y se trenzaron a piñas. Tuvo que escapar marcha atrás.
El miedo a que se repita algo similar
A la DGE nunca le había pasado algo con estas características. Que sea un trabajador externo al establecimiento el que tiene una denuncia de abuso. Ha habido casos resonantes de celadores o de gente del día a día de los colegios. Casos que ha convalidado la Justicia y terminaron con prisión efectiva. Pero nunca esto: que alguien de afuera, en un paso eventual por algo como una obra, sea señalado como un violador de menores.
"La directora se nos reía en la cara", dijeron familiares de la nena.
Las consecuencias todavía no terminan de verse, pero anticiparon que el organismo analiza cambios. Son reticentes a explicar “cuáles”. Todavía no es claro siquiera que hubiese habido una falla.
Sin embargo, ciertos gestos ya empezaron a verse. El miércoles a la tarde, por ejemplo, en una escuela del Gran Mendoza acudieron dos gasistas a arreglar un asunto menor en dos estufas. Parada en el marco de la puerta, con esta historia todavía pesándole en la cabeza, la directora salió a hablar con ellos:
“Perdón, pero no les voy a dejar pasar. Disculpen”, les dijo. Hay miedo a que pueda ocurrir algo similar.
Cómo sigue la escolaridad de la nena
Por ahora, lo único que le interesa a la Dirección General de Escuelas es que la pequeña se recupere. Explicaron que hay distintas formas de reaccionar ante un abuso sexual, y que estas semanas son decisivas para ver cómo empieza a decantar en la psiquis de la menor todo este proceso. Puede que haga un trauma profundo o puede que no, explican.
Teniendo en cuenta eso, lo escolar quedará en segundo plano. Tratarán de que se reintegre de a poco, pero sin ningún agobio por los exámenes integradores ni el cierre de notas de fin de año. Puede ser un estrés innecesario mientras lo que buscan es que se recupere cuanto antes, y a sus tiempos.








