Cuando una persona habla de un robo grande o importante, se puede imaginar que se trata de mucho dinero o joyas. Pero un robo literalmente "grande" ocurrió hace más de 20 años en África y aún no se puede esclarecer. Fue el día en que se llevaron un avión de línea de un aeropuerto y todavía no se puede resolver el misterio.

El misterio del Boeing 727 desaparecido en 2003 sigue siendo uno de los enigmas más desconcertantes de la aviación moderna. La desaparición de un avión de pasajeros de gran tamaño, sin dejar rastro alguno, ha alimentado teorías y especulaciones durante décadas.

Este relato, que se asemeja a una trama de película de espías, ocurrió en el Aeropuerto Internacional Quatro de Fevereiro en Luanda, Angola, y hasta el día de hoy, el paradero del Boeing 727-223, con matrícula N844AA, sigue siendo un misterio.

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El robo del avión

El avión, un Boeing 727-223, había estado estacionado en el aeropuerto angoleño durante más de un año, aparentemente en espera de mantenimiento. La aeronave pertenecía a la compañía "Aerospace Sales", y se encontraba en Angola en un momento en que el país aún se recuperaba de una larga y devastadora guerra civil.

Quienes van a quedar en la lupa de la historia del robo son Ben Padilla, un piloto e ingeniero de vuelo estadounidense, y John Mutantu, un mecánico de aviones de la República del Congo.

El primero de ellos había trabajado en el mantenimiento del avión y era conocido por su experiencia en aviación. El segundo era justamente el mecánico con conocimiento técnico de la aeronave. Ambos hombres desaparecieron junto con el avión, lo que los convirtió en los principales sospechosos del robo.

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El misterio tras la desaparición del avión

El 25 de mayo de 2003, el Boeing 727 despegó sin autorización del aeropuerto de Luanda. No hubo comunicación con la torre de control, y el avión salió sin luces encendidas, lo que sugiere una operación clandestina. La falta de un plan de vuelo registrado y la ausencia de contacto con el control de tráfico aéreo inmediatamente levantaron sospechas.

La pregunta que sigue sin respuesta es cómo dos personas, sin la asistencia de personal de tierra, lograron hacer despegar un avión de ese tamaño. Un Boeing 727 requiere una tripulación experimentada y un conocimiento profundo de los sistemas de la aeronave para operar con seguridad.

Desde entonces se han barajado diversas teorías sobre el destino del avión y los motivos del robo. Algunos creen que se vendió en el mercado negro, otros que fue utilizado para el narcotráfico. También existen teorías sobre un accidente en algún lugar inhóspito de África.

Pero la única verdad es sobre el robo es que la falta de información y la incertidumbre sobre el paradero del avión han generado numerosas especulaciones. La ausencia de restos del avión y la falta de pruebas concretas han mantenido vivo el misterio habiendo pasado más de dos décadas.

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