Leandro Cortez Pastrana para muchos es un nombre desconocido. Sin embargo, durante el año pasado fue una de las personas más buscadas por la Policía por algo que podría haber salido de una película de Hollywood: es un asesino serial.

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A pesar de tener 26 años Cortez Pastrana ya se había hecho un nombre dentro del bajo mundo mendocino. Lo conocían como “El Pelado Nicanor”. Era ladrón, narco y asesino.

A pesar de su historia ligada a diversos crímenes fue recién en noviembre de 2016 cuando conoció por primera vez lo que era una celda de la cárcel.

En ese momento tenía 23 años pero ya acumulaba antecedentes por tenencia de arma, dos homicidios y violencia de género. Esos crímenes lo llevaron al penal de Boulogne Sur Mer en una estadía que duró unos ocho meses. En julio de 2017 volvería a ver la luz del día desde la calle.

Cortez Pastrana era un misterio para los investigadores. Todos sabían quién era pero encontrarlo se convertía siempre en una misión imposible. El homicida no usaba teléfonos, tampoco tenía redes sociales.

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El 10 de febrero de 2018 Cortez Pastrana retomó su raid homicida. Carlos Martínez y Mauricio Quiroz vivían en un loteo ubicado en Las Heras y habían salido hacia un puesto para faenar un lechón.

El cadáver de Martínez fue encontrado en un cauce de agua ubicado en una planta de residuos en El Borbollón. Había sido acribillado de cinco disparos. Una semana después ocurrió lo mismo con Quiroz. Tenía ocho balazos. Cortez Pastrana fue señalado como el principal sospechoso.

La hipótesis más fuerte es que las víctimas tenían una deuda por compra de drogas y el presunto asesino era quien estaba encargado de cobrarlas.

Meses después, el 24 de julio, Jorge Saldívar y Franco Guíñez se encontraban realizando trabajos de albañilería en un puesto ubicado a 50 metros hacia el oeste del barrio Puesta del Sol, ubicado en el oeste departamental. Al menos media docena de disparos se escucharon en el lugar.

Minutos después, Guíñez ingresó al centro asistencial ubicado anexo a la Comisaría 40 del barrio La Estanzuela. Dijo que había sido atacado a disparos por un sujeto y que otra persona también había sido herida. Policías se dirigieron a la zona y encontraron sin vida a Saldívar, quien tenía al menos siete orificios de bala en el tórax, brazo, hombro y espalda.

Cortez quedó nuevamente marcado como el autor de los disparos. Entre él y las víctimas había problemas de vieja data.

Con la Policía tras sus huellas, Cortez Pastrana decidió huir. Su destino fue San Juan. Allí encontró una finca en la que pasar sus días mientras la investigación sobre sus crímenes se enfriara. No le resultó. El 12 de octubre del año pasado, en un operativo conjunto de las Policías de Mendoza y San Juan dieron con él y lo detuvieron. Finalmente ayer confesó sus últimos tres homicidios y se lo condenó a 16 años.

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