Crimen de la proteccionista Gloria Sierra

"La ahorqué con mis propias manos", confesó y ahora atemoriza a los testigos

Por UNO

"La ahorqué con mis propias manos", le dijo cuando él tenía solo 16 años. El autor de la frase es Pablo Barberio, su ex padrastro y lo que estaba haciendo es confesarle el crimen de Gloria Sierra (67), una abogada proteccionista de animales.

Bruno Caamaño es el testigo. Después de escuchar la confesión de su padrastro, allá por 2017, fue hasta la comisaría más cercana y lo denunció.
Barbeiro había sido pareja de su madre y era una especie de padre para él.

"Me contó para que lo ayudara a descuartizar el cuerpo", recuerda ahora en diálogo con Clarín.

Hoy, está amenazado y el acusado del femicidio, libre.

Barbeiro estuvo internado pero a principios de enero fue dado de alta y regresó a Villa Luro.

"Desde ese día yo estoy preso en mi casa y él camina libre como si nada. Mi mamá no sale porque tiene terror: lo encontraron en el jardín delantero mirando hacia por la ventana. Los vecinos dicen que anda por los techos, que se mete en los patios, hay personas con ataques de pánico", resumió el joven, que aún no obtiene respuestas de la Justicia.

El aterrador femicidio de Gloria Sierra

Entre el viernes 21 y el sábado 22 de julio de 2017, Gloria fue asesinada. Cuatro días después, encontraron su cadáver en su casa de Flores.

La escena fue terrible: había animales muertos, lastimados y en descomposición. Huesos y venenos en cajas de arena.

Barbeiro, acusado por su hijastro, confesó el asesinato. Dijo que golpeó a Gloria después de una discusión, que la empujó por las escaleras y la asfixió.

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Dejó el cuerpo en el living. Él entró y salió de la casa durante esos días, hasta que la Policía dio con el hallazgo.

Los investigadores creen que el móvil del crimen era una estafa. La intención de Barberio era quedarse con la casa de su víctima.

Las amenazas de Barbeiro

"Los vecinos están aterrados, algunos fueron amenazados: anda diciendo que por la noche envenenará los tanques de agua. Mi familia la está pasando muy mal", relata el testigo clave del hecho.

"Los vecinos dicen que anda por los techos, que se mete en los patios, hay personas con ataques de pánico", cuenta.

Mientras tanto, en el Tribunal Oral en lo Criminal N° 17, ni enterados estaban de la liberación del imputado.

Según cuentan testigos, estuvo internado en el Hospital Borda pero le dieron el alta, sin notificar al juzgado.

"Hicimos la denuncia y me notificaron diciendo que el hospital no había cumplido con la orden de internación con custodia policial y que no había notificado al juzgado del alta", contó Bruno, que por seguridad ahora tiene custodia en la puerta de su casa.

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