También relató cómo fue el día en que murió su hermano menor, ‘Mauri’: “El 4 de julio de 2008 él no quería comer y mi mamá le pegó primero un chirlo y luego puñetazos en la panza. Luego nos fuimos a dormir la siesta y cuando lo fuimos a levantar, él ya no estaba con vida”. En ese momento Morena y otra hermana que tenía 6 años fueron llevados a un Instituto de Menores y luego quedaron bajo la custodia de sus abuelos paternos, algo que ocurre hasta la actualidad.
En 2010 sus padres fueron condenados prisión perpetua pero, en 2017, la mujer recuperó su libertad porque alegó que era víctima de violencia de género. Por eso no pudo proteger a su hijo. "Ella salió y él sigue aún preso y no debería porque ese día no estaba, nunca nos hizo nada y es una persona que está presa injustamente. Mi mamá está libre haciendo su vida luego de lo que hizo, pido por favor que pague, porque la Justicia ya arruinó nuestra vida al no hacer nada”, pidió Morena.
Al mismo tiempo insistió: “Mi papá es inocente, quiero que salga y pueda estar con nosotras porque nos perdimos muchas cosas a causa de esta mentira. Por culpa de lo que hizo mi madre nosotros estamos sin él. Sigo sin entender por qué mi mamá salió de la cárcel, porque me dijeron que fue por el derecho a la mujer por la violencia de género pero eso no es cierto porque mi papá nunca nos tocó ni nos pegó. Él es un buen padre”.
"Ella y yo sabemos bien lo que pasó ese día y no nos vamos a olvidar nunca”, sentenció la adolescente mientras mostraba a cámara fotos de su hermano.
El caso
El 15 de junio de 2010 -dos años después del asesinato- Mauricio Casas y Paola Cejas fueron condenados en un juicio por jurados en la Cámara 4ª del Crimen de Córdoba, acusados por “homicidio agravado por el vínculo” de su hijo Mauricio.
El menor falleció por los golpes que recibió “en la cabeza, el tórax y miembros inferiores”, según consignó en ese momento el medio local La voz del interior. La fiscal Laura Battistelli, que intervino en la causa, explicó que “no interesaba quién de los dos lo había golpeado”. considerando que ambos tenían la misma responsabilidad.
El jurado popular sostuvo unánimemente que ambos padres eran culpables, pese a que la mujer había declarado durante el juicio que estaba “arrepentida de haberse callado por miedo” y contó que era su pareja la que golpeaba al nene y a sus otras hijas de por entonces 5 y 6 años.
A mediados de 2016, la Corte Suprema revocó la condena de Cejas y en 2017 recuperó la libertad. “La prueba testimonial producida en el debate demostraba que su pareja era quien tenía una personalidad agresiva y que Cejas podía solo ser tenida como partícipe primaria con base en la omisión de actuar en resguardo de su hijo”, según indicó el fallo del máximo tribunal.