Por Rosana Villegas
La mujer que entregaba a su hija de 13 años para que fuera violada por su pareja, mientras ella filmaba los ultrajes, ya está en el Penal de mujeres, al igual que su novio, quien fue trasladado a la cárcel provincial, luego de que ambos fueran detenidos en sus domicilios de Godoy Cruz. Ahora los investigadores están abocados a ver el material que habrían guardado en los celulares, cámara filmadora y computadoras que les secuestraron para saber si habían formado una red de pedofilia y comercializaban las imágenes pornográficas.
“El caso es de una perversión inimaginable. Uno no puede pensar que una madre va a tener la frialdad de entregar a su propia hija –en este caso, su única hija– para que su novio la viole y encima va a filmar esos ataques. Ahora buscamos saber qué hacían con esos videos que filmaban, porque si con esa frialdad la mujer no la obligaba a prostituirse con otros hombres, es porque quizá lucraban con los videos”, se animó a especular uno de los investigadores que ahora trabaja para saber si la pareja detenida el sábado en Godoy Cruz vendía los videos de las violaciones.
El caso, que se conoció ayer, había llegado a la Oficina Fiscal Nº3 de Godoy Cruz el viernes, cuando las autoridades de un colegio del centro godoicruceño al que asiste la adolescente llegaron para contar una historia espantosa. Los docentes habían escuchado momentos antes un relato que parecía espeluznante y sin perder tiempo acudieron a denunciarlo ante las autoridades judiciales.
La chica que vivía con su madre le había confesado a una compañera del colegio que la mujer, de 35 años, y su novio, de unos 40, la llevaban a albergues transitorios, en donde el hombre la violaba mientras su mamá filmaba videos con su celular y una filmadora. Contó que las violaciones, que habían comenzado hace al menos un año, se habían sucedido con frecuencia y que incluso hubo ocasiones en que la mujer –quien tras separarse de su marido vivía con su hija en la casa paterna– esperaba a que sus padres se ausentaran de la vivienda para llamar a su pareja, quien violaba a la chica en su domicilio.
Los precisos detalles de la tortura que aportó la chica entre llantos no dieron lugar a la duda y esa misma noche se solicitaron las órdenes de allanamientos para detener a la perversa pareja. A la 1 de la madrugada, policías de Delitos contra la Integridad Sexual llegaron hasta un domicilio de Godoy Cruz en donde el hombre de unos 40 años vivía con su familia y fue detenido. A él se le secuestró una cámara filmadora, cuatro celulares, una computadora de escritorio y una netbook. A esos objetos se sumaron también otras pertenencias que encontraron en dos autos, un Renault 11 y un Peugeot 504, que serían los que usaba la pareja para llevar a la chica a los albergues en los que la sometían. Según dijo ella, la cubrían como para que no la detectaran en los ingresos a los albergues y luego se las ingeniaban para cubrirla hasta que entraba en la habitación, en la que era vejada.
Después de detener al violador, los mismos efectivos fueron hasta la casa de la madre de la chica, pero no la encontraron. Esa tarde, efectivos de Investigaciones la encontraron a varias cuadras de su casa cuando caminaba a la Oficina Fiscal, a la que iba a preguntar por qué habían detenido a su novio. A la mujer le encontraron DVD y CD grabados, una computadora, una netbook y dos celulares.
“Con la autorización del juez de garantías se podrá analizar todo lo secuestrado para confirmar si a los videos que filmaban los reproducían y los vendían. Para eso hemos intervenido también las cuentas de correo electrónico de ambos, para constatar si por esa vía mandaban los videos”, soltó escuetamente uno de los pesquisas del caso.
Si los investigadores pudieran confirmar la venta de los videos de las violaciones, sería la punta del ovillo para dar con una red de pedofilia que tenía la base de producción en Godoy Cruz. Por el momento, los dos detenidos están imputados del delito de abuso sexual gravemente ultrajante.
