Murió el Ñato Ruiz, un emblema de Atlético Argentino de los '70

Por UNO
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Lateral con el cuatro en la espalda y caudillo de la defensa del Atlético Argentino durante 13 años ininterrumpidos, murió este miércoles (6 de marzo de 2019) José Martín Ruiz. Conocido en el fútbol mendocino simplemente como el Ñato Ruiz. 


En la página de facebook de Cultura de Atlético Argentino publicaron: "Debutó en la primera división en 1966, de la mano de Miguel Corral, otra gloria de la Academia y se retiró en 1979, con el orgullo de sólo haber vestido los mismos colores. Un caso atípico de un fútbol diferente, en el que hoy cualquiera es ídolo en seis partidos o los futbolistas son transferidos a muy corta edad.


A los 71 años, nos dejó el Ñato, quien fuera capitán de la Academia durante cuatro temporadas.
Los años setenta, rememorados por muchas cosas, también será recordados por los tiempos de canchas llenas en memoria technicolor. Y el Ñato Ruiz fue uno de los protagonistas de ese fútbol que domingo a domingo despertaba el entusiasmo de cada barrio futbolero traducido en estadios llenos a lo largo del Gran Mendoza y sus alrededores. 


Los domingos, desde los altoparlantes, los simpatizantes de la Academia se anoticiaban gracias a una voz del estadio de como formaría su equipo. No había twitter ni facebook que trajera la primicia, entonces el asombro venía desde el tono ceremonial del locutor de Cassab publicidad, sazonado con las publicidades de Casa Bermúdez, Alumni Sports y Tintorería Trix.

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"Ugliardi; Ruiz, Marlia, Pacheco y García; Pedro Fernandez, Zolorza y Hector Alfredo Suárez; Milton Levalle, Andrés Molina y Marcelino Valdes", decía la voz del estadio. Nombres más o nombres menos ese equipo salía de memoria. Los ideólogos eran Aroldo Cortenova o Abel Sklate. 
El Ñato José Martín Ruiz, fue uno de los emergentes de aquella camada de futbolistas que surgieron del semillero de don Aroldo Cortenova y Quito Pacheco y supieron tomar la posta del mandato de buen trato del balón y picardía de potrero.


"Gracias a Argentino tuve la posibilidad de comprar una casa y cosechar el afecto de muchos amigos. Me quedó la bronca de no haber conseguido un título, pese a que estuvimos cerca muchas veces", nos decía el querido Ñato quien además de haberse enfrentado con los mejores wines de la década del 70, también se daba maña para hacerse cargo de los remates de penal. Heredó esta responsabilidad-como también la capitanía- del Quique Lucero, cuando este se fue del club. Así lo recordamos convirtiéndole a Huracán o a Independiente Rivadavia, en un choque a cancha llena en 1976, cuando los Azules llegaron invictos a San José y se fueron con el invicto roto, gracias a un penal de Ruiz convertido al minuto de juego.


Como anécdota de ese partido, un directivo que observó el partido a los cinco de iniciado, terminó pensando que había terminado igualado 0 a 0.
Así lo recordamos al querido Ñato, el tipo que conservaba esos gestos preciados de llamar por teléfono a sus amigos para cada cumpleaños, la cita con las carnes rojas, el tinto y la soda cada fin de semana con los viejos camaradas del fútbol mendocino y el irrenunciable amor por el Atlético Argentino y San Lorenzo de Almagro. Buen viaje ídolo