Volvió Lionel Messi y ya tiró magia en la cancha. En el partido que el Barcelona sostuvo ante Mallorca, la Pulga se lució con un caño, que dejó a uno de sus rivales asombrado.
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Se jugaban 11 minutos del primer tiempo y el rosarino no dudó en habilitar a su compañero Antoine Griezmann, no sin antes dejar en ridículo al mediocampista Alejandro Pozo, que sólo tuvo que mirar cómo terminó la jugada.
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El regreso de Messi, que no brilló mucho en la primera etapa del encuentro por la 28ª fecha de la Liga de España, tuvo un lujito para aplaudir de pie.