Cuando se fija un objetivo sin importar los obstáculos, no hay nada ni nadie en el mundo que pueda quitarte el sueño de cumplirlos. Sino, hay que preguntarle a Mailén Romero (22) que dejó colgado el vestido que iba a usar en su Cena de Egresados del secundario para ser parte de un preseleccionado argentino de futsal.

Su amor por el fútbol siempre existió y si bien no recuerda desde cuando juega, está segura que pateó una pelota toda su vida. "Siempre, siempre jugué al fútbol. Recuerdo que era muy chiquita y me iba con mi papá y mi hermano a patear con ellos, yo siempre me metía donde había una pelota. Por ejemplo llegaba de la primaria, comía y me iba al poli hasta las 11 de la noche que mi mamá me iba a buscar, así eran todos mis días", recordó alegremente.

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Sus primeros entrenamientos fueron en el polideportivo Padre Jorge Contreras de Godoy Cruz. Con 12 años ya entrenaba con los varones. "Hubo un tiempo que jugué al futsal con varones. De hecho me vine un día antes de un campamento que hicimos con mis amigos para jugar la final. No dejaba de jugar por nada".

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"Como a los 14 o 15 una amiga me invitó a un torneo con chicas más grandes, se jugaba en césped sintético. Desde ese entonces comenzó a crecer el fútbol femenino. Luego pasé a otro equipo y el técnico nos propuso unirnos a Villa Hipódromo para jugar al futsal ya que se había desarmado el equipo femenino", contó sobre sus comienzos.

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Y agregó: "Comenzó a ser otra cosa. Había que pagar una cuota, era todo más organizado, se entrenaba tres veces a la semana y se jugaba todos los fines de semana. Ese año ascendimos y yo ya sabía que había una selección mendocina. Ahí me propuse mi primer objetivo: entrenarme a full para llegar al seleccionado".

"Al término del torneo el entrenador de la Selección Jesús Ayala me llamó para una preselección. Imaginate la emoción que fui con toda mi familia. Con 16 años quedé y viajé a Tucumán para el Argentino de Selecciones donde salimos campeonas".

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En su regreso quedó seis meses parada porque se disolvió el equipo femenino de Villa Hipódromo. "Ese tiempo no jugué, obviamente iba al poli a patear pero no era lo mismo. Jesús (Ayala) se enteró que no estaba jugando y automáticamente me llamó para jugar en Pacífico (General San Martín)".

"Al principio costó porque se entrenaba cuatro veces a la semana, me tenía que tomar dos colectivos y encima eran tarde las prácticas, llegaba a las 12.30 a mi casa. Era todo un tema, en lo económico y encima me tenían que esperar en la parada del colectivo o pedirle a alguna de las chicas que me acerquen, era quitarle tiempo a ellas también", comentó.

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"En ese entonces me gustaba entrenar pero no lo era todo. Soy muy fanática de Boca y los miércoles era noche de Libertadores. Siempre ponía una excusa para no entrenar y me quedaba viendo a Boca. Obviamente que empezaron a darse cuenta, y si bien no era nada malo lo que hacía el club me dio disciplina", fue un momento complicado donde se tuvo que replantear si seguir jugando o no.

"Con el tiempo tuve buenas y malas con el técnico", recordó entre risas al mismo momento que agregó: "Me decía algo y no quería saber nada. Me costó un montón, aprendí porque me tiraron la oreja y aprendí también porque me sobaron el lomo".

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"Todo lo que sé es gracias a él, el club me dio mucha disciplina. Al igual que Mariana Dimaria, ella fue mi ejemplo. Todo lo que hacía y decía yo la seguía", insistió.

La multicampeona con Pacífico recordó que la disciplina lo es todo y la consiguió gracias a sus compañeras. Además remarcó que el club la ayudó en todo momento hasta con la chance de estar becada.

Todo por la celeste y blanca

En diciembre del 2016, luego que Pacífico se consagrara en el Nacional, Perico Eduardo Pérez -DT de la Selección- "me llamó para una preselección de casi 30 jugadoras de las cuáles quedaban 15, era en San Juan. Las seleccionadas iban a Brasil a jugar las eliminatorias que te clasificaban al Mundial de España".

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"Cuando me dijeron las fechas coincidían con la Cena de Egresados, no lo podía creer. Imaginate que ya tenía el vestido y mis viejos ya habían pagado la entrada. Lo charlé de todas las maneras, le busqué la vuelta pero era imposible. Hasta intenté que Jesús me fuera a buscar ese mismo sábado para llegar a la fiesta, pero me dijeron es una cosa o la otra. Pasé dos semanas terribles donde me lloré todo de la bronca".

"Me decidí por la Selección y hasta podía pasar que no quedara. La posibilidad de no ser convocada era muy grande, pero no podía dejarla pasar. Si un técnico ve que no querés ir, no te llama nunca más", tiró.

"Por suerte quedé, viaje a Brasil y logramos la clasificación. A finales del 2017 jugamos el mundial en Cataluña y perdimos la final con Brasil".

En el 2018 dio el salto al fútbol once

"Siempre dije que lo iba a jugar, pero tuve mis fanatismo por el futsal y antes no lo pensaba. Ale (Oldrá) cuando dirigía Murialdo ya me venía insistiendo para que me sume pero yo tenía la cabeza muy metida en el futsal".

"Al tiempo me llamó nuevamente para avisarme que estaba en Godoy Cruz con un proyecto muy ambicioso. Fue ahí cuando quise ir a ver un entrenamiento y la verdad que me gustó porque se entrenaba en el Gambarte".

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Comenzó jugando como volante por la derecha, pero luego se corrió al medio como interna. "No me costó para nada, pasé a tener mucho contacto con la pelota y al técnico le gustó como me desempeñé ahí. Soy de atacar más que recuperar".

Con el Tomba logró el tricampeonato de la Liga Mendocina de Fútbol.

La Mayor, el predio de Ezeiza y su charla con Carlos Borrello  

En noviembre fue convocada por Carlos Borrello, DT de la Selección argentina femenina, para ser parte de un grupo de chicas que iban a ser observadas.

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Mailén remarcó la intensidad de los entrenamientos y el profesionalismo. "En la primera práctica me morí, físicamente estaba bien pero quise demostrar y me corrí todo, aparte las chicas juegan a otro nivel. Encima no jugué en mi puesto y no me sentí cómoda".

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"En el segundo día si me puso de interna y me tocó estar en el grupo que él dirigió y yo le saqué el jugo, le pregunté todo lo referido a lo táctico. Parece que le gustó y ese mismo día a la tarde en la práctica de fútbol me puso en el medio y me fue re bien. Encima me quedé charlando media hora con él".

"En el último día jugamos un amistoso con Aldosivi y de los tres tiempos jugué dos en su once inicial. Antes de irnos me dio a entender que estoy en carpeta, que me fue bien y que me va a llamar en las próximas convocatorias", contó esperanzada.

Mailén sueña con dar el salto de calidad al fútbol profesional, más ahora que AFA tiene su torneo profesional. El mercado femenino se ha abierto y la mediocampista godoycruceña espera por su chance.

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