Gabriela Michetti fue confinada al ostracismo por su jefe político Mauricio Macri y es hoy un recuerdo como para el bloque televisivo ¿qué será de la vida de?
Michetti quiso ser jefa del Gobierno porteño y Macri le pegó tremenda cortada de rostro al apoyar a Horacio Rodríguez Larreta, jugada de la que todavía hoy el expresidente de Boca Juniors se debe arrepentir.
Como un ganador. Así saludó Macri tras el discurso. Michetti le aprieta su mano.
Mauricio Macri y su vice Gabriela Michetti, quien fue confinada al ostracismo por su propio jefe político.
Cómo olvidar el viaje por tierra desde Buenos Aires hasta Mendoza de Julio César Cleto Cobos parando pueblo por pueblo para que los mortales del campo adentro argentino pudiesen ver y tocar al rockstar del momento en el 2008.
Cobos venía de protagonizar una rosca monumental que terminó con su hit "mi voto es no positivo” que fue traducido a varias lenguas para que un finlandés pudiese entender en el quilombo que se había metido.
Cristina Fernández no se anduvo con muchas vueltas, lo sentó 45 segundos en un despacho de Casa Rosada y le hizo saber que "hasta aquí llegó mi amor”. Ese día, cuentan transeúntes, que la puteada más chica se escuchaba desde la pirámide de Plaza de Mayo.
Fin de un amor que había nacido tan solo un año antes a fuerza de la picardía de Néstor Kirchner con la inestimable colaboración de sus amigos en Mendoza, “Chueco” Mazzón (“santafecino pero mendocino por adopción”, como le gustaba decir a él) y Celso Jaque.
La noche en la que Cleto ató cabos
No me canso de pensar que la misma noche del triunfo del Cristina, Cobos y vos –noche en la que también Mendoza volvió a manos peronistas- Cleto, vicepresidente electo y aún gobernador en funciones, cayó en la cuenta de lo que había pasado: el radicalismo había perdido Mendoza y a él solo le tocaba un cargo históricamente considerado 'menor’.
“Ahora tiro yo porque me toca”, dijo en clave ricotera Cobos cuando sin piedad tumbó la resolución 125 de retenciones al campo. Más tarde o más temprano llegaría el momento, y ustedes saben que la venganza es un plato que se come frío.
El saludo protocolar entre Cobos y Cristina.
Julio Cobos cuando sin piedad tumbó la resolución 125 de retenciones al campo. Ese día se terminó "el amor" con Cristina Kirchner.
Néstor con Daniel Scioli también tuvo raspaduras, nunca dejó de verlo como menemista –si miramos el derrotero y la actual posición del motonauta- Néstor tenía razón: acompaña al gobierno que más se le parece al menemismo en materia de planteo económico desregulador y antiestatal.
Imposible saberlo ex post facto pero ¿qué presidencia hubiera hecho Scioli si en 2015 le ganaba a Mauricio Macri? ¿Qué país tendríamos hoy y cuán implosionado estaría el peronismo? Preguntarse cosas es vivir.
Siglo XX cambalache
Dicen que Fernando De la Rúa estaba durmiendo la siesta cuando lo despertaron con un mate y la noticia de que Chacho Álvarez lo había dejado plantado para siempre y en conferencia de prensa había tirado como motivo que el gobierno que integraba “pagaba coimas a los senadores” para aprobar leyes antipáticas para el pueblo, lo que para los diarios se tradujo en el título "leyes Banelco”.
Dicen que el Presidente siguió durmiendo la siesta porque ¿qué le hacía una mancha más al tigre?
El cabezón Eduardo Duhalde se empujó tanto con Carlos Menem que ni bien pudo –dos años después- se rajó a la provincia de Buenos Aires para cambiar de trabajo, de aire y para seguir molestando a Menem desde un territorio peronista de ley y poderoso como ninguno.
Se mandaron millones de mensajes encriptados y hubo tensión pero los peronistas se multiplican cuando pelean, como los gatos, y en 1995 ambos fueron reelectos en sus cargos.
Siglo XIX
Mucho más atrás en la historia, y como bien señaló el historiador Felipe Pigna en una interesante nota de los colegas Noelia Nieto y Sergio Suárez hace unos días en el noticiero de Canal 7 –que está divino con nueva escenografía y no me lo pierdo- Bartolomé Mitre con su vicepresidente el tucumano Marcos Paz, tuvo varios cruces por la conducción de país en una época donde un colegio de electores decidía Presidente y Vice, quienes podían venir de distintos colores políticos.
Las preguntas de siempre cuando empiezan los entuertos entre quienes alguna vez fueron buenos socios, un presidente con su vice, es si el agua llegará al río y cuán caros le saldrán esos caprichos al pueblo.