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Venga ese abrazo: De Marchi y Larreta en Costa Salguero.
Las crónicas de la prensa porteña no dejaron de remarcar el rol de De Marchi en la organización del encuentro. Uno de esos escritos lo tildó de ser actualmente "el principal operador político" de Larreta. Primero se dijo que fueron al acto 2.000 personas pero luego los partes de prensa elevaron a 5.000 los asistentes.
En Costa Salguero, Rodriguez Larreta argumentó que ellos estaban llamados a ser "La generación del `23", es decir un grupo de dirigentes que viene a cambiar la configuración de la Argentina, como hicieron aquellos liberales de "la generación del `80". En las redes sociales un gracioso preguntó si eso iba a significar que dentro de 50 años íbamos a tener billetes con las caras de Larreta y De Marchi.
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El productivo
De Marchi, lujanino, 56 años, casado, dos hijos, vicepresidente primero de la Cámara de Diputados, se formó políticamente en el Partido Demócrata de Mendoza. Su formación política es liberal pero tiene marcados rasgos conservadores. Cuando el PD empezó a desvanecerse saltó al PRO de Mauricio Macri, donde se mantiene.
Siempre ha tenido un toque diferenciado en cada ámbito en que ha militado. Tiene un aceitado manejo de las relaciones públicas. En alguna época en Luján le decían "el sonrisal".
Estuvo vinculado a los halcones de Patricia Bullrich y de Mauricio Macri, pero después se avispó que el sol calentaba más para el lado de Larreta y logró hacer muy buenas migas con éste. La ex diputada mendocina del PRO Hebe Casado, díscola como pocas, quien se llevaba para el traste con De Marchi, lo acusaba de ser un "oportunista", para alegría de varios radicales que le tienen desconfianza al lujanino.
Acaba de ser premiado como el diputado nacional de mayor productividad este año por la revista Parlamentario y Larreta lo considera "un pilar" para su proyecto presidencial en 2023.
A diferencia de otros políticos que han basado su carrera sólo en el ámbito legislativo, De Marchi puede mostrar gestión. Tres veces fue elegido intendente de Luján de Cuyo (en una de ellas, dejó a la mitad su mandato para irse al Congreso nacional) y logró un más que apreciable puntaje. Tampoco ha sido del montón en su extenso paso por el Congreso nacional y la Legislatura de Mendoza.
Cristina Kirchner supo dedicarle vistosas amonestaciones generadas por haber tenido el tupé de querer sobresalir. ¿De dónde salió este mendocino?, solía preguntar la dama.
El malquerido
Acostumbrado a tener en Mendoza un libreto propio ante los radicales que vienen conduciendo Cambia Mendoza, De Marchi es un empedernido precandidato a gobernador desde el PRO. En el cornejismo no lo quieren porque les molesta -según dicen- que el lujanino viva amenazando con romper la sociedad con los radicales, aunque ahora su trabajo de armador para Larreta lo obligue a frizar esos supuestos aires rupturistas.
Si este "estratega" sigue metido de lleno en el plan presidencial de Rodríguez Larreta tal vez sea ganado de lleno por esos avatares y termine siendo, por caso, jefe de Gabinete en una hipotética presidencia del "amigo Horacio".
Así mencionaba el presidente Alberto Fernández a Rodríguez Larreta en aquella etapa de las conferencias de prensa conjuntas durante la primera etapa de la pandemia, que fueron rápidamente abortadas por Cristina Kirchner quien sospechaba que Larreta salía muy beneficiado en su papel del opositor que, ante una peste planetaria, dejaba de lado las diferencias partidarias y trabajaba junto con el oficialismo.
Oportunista para algunos, estratega para otros, lo cierto es que De Marchi parece haber encontrado la veta para seguir estando en el candelero político. Cuando hace un tiempo el lujanino movió sus fichas hacia el paño de Larreta, a Patricia Bullrich le pareció "muy raro" y dijo que De Marchi iba a tener que dar explicaciones ante los mendocinos por ese accionar. Acá, que sepamos, no le dijeron ni mu.
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