Los estrategas de Milei le cuestionan que actúe como si todavía tuviese el 40% de los votos con que dejó la Presidencia en 2019 y aseguran que en realidad Macri conservaría -en el estado actual de división del PRO- el 7% de sufragios propios.
Milei-Macri
Javier Milei y Mauricio Macri.
Cada vez hay más consenso respecto de que no sólo es el malquerido de Karina MIlei y de Santiago Caputo, sino principalmente del propio León libertario y de su ministra halcona Patricia Bullrich. La "Pato", que supo ser su principal lugarteniente en el PRO, y Macri, terminaron para el traste y dieron un espectáculo muy poco edificante.
Cuando el muerto (Juntos por el Cambio) aún estaba tibio, ambos dirigentes del PRO ignoraron ese cuerpo y no le dieron ni sepultura. Optaron, en cambio, por salir corriendo de manera poco edificante a postrarse ante el altar del nuevo soberano.
En el entorno de Milei se jactan de que Macri no está hoy en condiciones de imponer nada porque "al electorado del PRO ya lo tenemos nosotros". Y añaden: "si para las elecciones legislativas Mauricio decidiera no hacer una alianza electoral con La Libertad Avanza, igual ganaríamos".
El agravante, en efecto, es que sectores tanto de las bases como de los estamentos medios del PRO no le hacen asco a esa inmersión en la pileta baustismal libertaria. Por el contrario, parecen estar chochos, arropados por la idea de que Milei está logrando cosas que aquel Macri presidencial no pudo.
Ladinos, los dirigentes libertarios tratan de ignorar que durante casi todo 2025 el jefe del PRO seguirá teniendo un número nada despreciable de diputados nacionales en el Congreso, una carta que, si se mantiene su ascendiente sobre esos legisladores (hoy en creciente duda), eso podría ser un shock de vitaminas para la piel desteñida del líder amarillo. Muchas posibilidades, pocas certezas.
La narrativa mileista contra "la maldita casta política" ha empezado a mostrarse no demasiado puntillosa. Cada vez es más evidente la pasión de algunos funcionarios por caer, sin problemas de conciencia, en esas redes de la vieja política que dicen combatir.
Envalentonados por ciertos beneficios reales de la economía, como la baja de la inflación o el descenso del gasto público, que ha permitido mejorar el humor social, el Gobierno dejó caer el proyecto de ley de Ficha Limpia para los políticos; presentó puntos negros como el del senador aliado Edgardo Kueider, detenido en un control aduanero de Paraguay con 200.000 dólares sin declarar; insistió con la nominación del muy cuestionado juez federal Ariel Lijo para que integre la Corte Suprema; o miró para otro lado ante las denuncias públicas contra Andrés Vazquez, jefe del ente recaudador, relativas a una compra de tres inmuebles en Estados Unidos que no habría declarado.
En 2015 los radicales se unieron al PRO para sobrevivir. Tanto Cambiemos como luego Juntos por el Cambio fueron tablas de salvación política para una UCR que no tenía ni tiene un líder aglutinador. Por eso hace 10 años aceptaron que el líder de la coalición de centro derecha fuera Macri y ellos acompañaron, lo que les permitió ganar gobernaciones y tener representantes en el Congreso y en las Legislaturas.
Hoy el PRO macrista no ve facilitado un maridaje de ese tipo. MIlei no quiere compartir el poder con nadie. La consigna es: si vienen con nosotros, es para diluirse dentro de La Libertad Avanza. Y Macri, acostumbrado a mandar desde antes que se metiera en política, no termina de vislumbrar cuál podría sería su papel en un gobierno conjunto. El actual Presidente del país simula gestos de vómito ante la palabra coalición.
Suponiendo un escenario -hoy imposible- en el que Macri decidiera romper con Milei, es seguro que aquellos votantes anti kirchneristas que antes eran seducidos por el creador del PRO, se quedarán con Milei, aún con los reparos que en lo institucional tienen muchos de ellos más cercanos al centro político y al republicanismo.
¿Y si a Macri se le diera la idea de presentarse para senador nacional? ¿Y si fuera aún más zarpado y decidiera armar una nave de los locos con lo que le queda del PRO y hacer rancho aparte? Ninguna de esas elucubraciones, conlleven cierta sensatez o no, será parida con facilidad. Todas serán con dolor.