La utilización de herramientas tecnológicas, para repensar los sistemas sanitarios, constituye un desafío que los diferentes países del mundo han encabezado en el último tiempo post pandémico, generando incluso herramientas multilaterales como lo fue el lanzamiento del espacio europeo de datos sanitarios, el año pasado, o las recomendaciones de los ocho principios para la transformación digital del sector, anunciados por la Organización Mundial de la Salud.
En tal sentido, la digitalización y el intercambio de datos se configuran hoy, como centrales para garantizar mejores tratamientos y la recuperación de pacientes; encauzando investigaciones estratégicas y organizando diferentes soluciones tecnológicas acordes a las necesidades de salud y apropiadas a las condiciones sociales, culturales, ambientales y económicas del contexto específico de aplicación.
La transformación digital del sistema sanitario permite la generación de políticas adecuadas, capaces de efectivizar procesos administrativos que concreten la interoperabilidad de los sistemas de información, garantizando la gestión integral y coordinada, en base a datos seguros y actualizados, para mejorar la calidad y eficiencia de los servicios.
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Colocar a nuestra provincia en la posición de generar experiencia que contribuya a la optimización del sistema, apoye a la toma decisiones fundamentadas, la formulación de metas a corto y largo plazo, y la elaboración de políticas públicas sólidas y sostenibles, es dar un paso importante y trascendental hacia la integración de un sistema de salud que siente las bases para reducir las desigualdades, permitiendo que las personas accedan a información y a herramientas digitales de prevención y cuidado, en el momento justo y en el formato adecuado.
De esto se trata la legislación, aprobada recientemente en Mendoza, correspondiente a la ley número 9.460, que le otorga un marco normativo a la transformación digital del sistema de salud en nuestra provincia. La misma sienta las bases para la medicina del futuro, procurando accesibilidad al sistema, longitudinalidad de los cuidados, integralidad y coordinación de los servicios, seguridad, confiabilidad y trazabilidad de la información que se intercambie entre los diferentes organismos.
La modernización de los sistemas de información, la implementación de historia clínica electrónica, la prescripción electrónica y los sistemas digitales de gestión hospitalaria, representan un salto cualitativo para los agentes sanitarios de la provincia, públicos y privados, y supone un verdadero cambio cultural, tanto para el personal de salud como para la población en general.
Desde el punto de vista de las personas usuarias del sistema, el proceso de transformación digital constituye la posibilidad de evitar la reiteración innecesaria de estudios y consultas, la garantía de acceso a mejores diagnósticos y tratamientos que se adecuen a su historial, en tiempos y en formas que impliquen una respuesta más efectiva del sistema a la necesidad personal, con la garantía y tranquilidad de que sus datos se encuentran resguardos y seguros.
En mi rol de senadora provincial considero fundamental que instrumentos normativos acompañen los procesos de transformación digital, para asegurar el resguardo de los derechos y garantizar la organización del sistema. Como agente de salud y ciudadana, creo prioritaria la tarea de involucrar a todos los actores necesarios para acelerar los procesos hacia una salud digital verdaderamente inclusiva, que ponga foco en los grupos más vulnerables y permita renovar la estructura sanitaria, para que sea acorde a las necesidades y a la realidad que atravesamos.
Todo ello nos deja el desafío de considerar la conectividad y el ancho de banda como nuevo determinante social de la salud. Contemplando a los bienes digitales como fundamentales, especialmente en poblaciones vulnerables con necesidades especiales en materia de tecnología y alfabetización digital. En tal sentido, será necesario pensar en la transversalidad, como principal característica de la nueva arquitectura de la salud, capaz de articular las distintas vertientes de gobernanza y optimizar la planificación estratégica y la gestión de los recursos, que responda a la interseccionalidad.
Nota: Fernanda Sabadin es senadora provincial del frente Cambia Mendoza.



