La reciente admisión del ex ministro de Economía Martín Guzmán respecto de que el presidente Alberto Fernández se aferró a la peste y no la quería soltar porque eso le daba crédito político, ha vuelto a ratificar que a Mendoza no le faltaban razones cuando el Gobierno de la Provincia advertía a ese mandatario sobre el error de insistir con la "cuarentena eterna" que afectaba no sólo la economía y el empleo sino la vida social, en particular la educación.
Análisis y opinión
A Mendoza no le faltaban razones en aquellos días de cuarentena XL
Mendoza no se equivocaba cuando Rodolfo Suarez le advertía a Alberto Fernández sobre el error de insistir con la "cuarentena eterna"
Recientes declaraciones de un ministro de Alberto Fernández han mostrado que Mendoza no se equivocaba cuando Rodolfo Suarez le advertía al Presidente sobre el error de insistir con la "cuarentena eterna".
Alberto Fernández en tiempos de cuarentena con sus ministros.
Foto: GentilezaNuestra provincia fue una de las pocas que entre 2020 y 2021 se animó a contradecir en ese tema al Presidente kirchnerista, lo que le valió que el jefe de la Casa Rosada decidiera a lo largo de su mandato diversas represalias y venganzas contra la administración del gobernador Rodolfo Suarez por su osadía. Algo similar le pasó a Córdoba, gobernada por el peronismo no kirchnerista. Alberto definía a ambas provincias como "territorios hostiles".
En el caso de Mendoza sobresalieron las trabas que Alberto Fernández impuso a la construcción de la presa Portezuelo del Viento que debía levantarse sobre el río Grande, en Malargüe. Esa obra se iba a hacer con fondos pactados con la Nación a favor de Mendoza por los daños sufridos al haber estado rodeada de provincias con regímenes de promoción industrial instituidos por la Nación, un beneficio del que los mendocinos no gozaron y que le produjeron un daño flagrante.
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Guzmán ha revelado que él en persona intentó, sin éxito, que Fernández aceptara que se podía cuidar la salud de la población sin llegar a los extremos de sofocación que le hizo vivir al país y a su economía. Una reciente investigación de Infobae indicó que entre el 20 de marzo de 2020 y el 6 de junio de 2021 hubo casi un año (336 días) de restricciones decretadas por el gobierno de Fernández, tanto de aislamiento como de distanciamiento..
El crash
Mucho se escribió en su momento en la prensa nacional sobre la posición del mendocino Suarez quien se negaba a volver a la Fase 1 por considerarla innecesaria y dañina para la recuperación de la economía y el empleo. Los medios afines al kirchnerismo atribuyeron la autoría intelectual de las discrepancias no tanto a Suarez sino al ex gobernador y referente de Cambia Mendoza, Alfredo Cornejo.
Por entonces los funcionarios de la Rosada hacían hincapié en que otros mandatarios referenciados en Juntos por el Cambio, como el gobernador de Jujuy Gerardo Morales y el jefe de gobierno porteño Horacio Rodríguez Larreta, habían aceptado la vuelta a Fase 1 sin hacer problemas.
Suarez en cambio rechazó dar marcha atrás con las flexibilizaciones que ya se realizaban en numerosas actividades de la Provincia y que coincidían con una meseta de los casos de Covid.
La torpeza de Alberto Fernández al insistir con una cuarentena XL, traducida en una pésima performance económica y social, más los escándalos políticos como el del vacunatorio vip y el concurrido cumpleaños de Fabiola Yañez en la residencia oficial de Olivos en pleno periodo de aislamiento, minaron lo que quedaba de autoridad ética y todo empezó a ser debacle.
Ni hablar de la crisis económica que se empezó a sentir con rigor y a raíz de la cual en los últimos meses de 2023, Fernández tuvo que prácticamente ceder el manejo del Estado al candidato presidencial del kirchnerismo y superministro de Economía, Sergio Massa.
El inicio del crash del Gobierno de Fernández-Cristina ya se había iniciado con la derrota en las elecciones de medio término (legislativas) de 2021 donde se demostró el hastío de una mayoría de la población. Muy lejos habían quedado aquellos tres primeros meses de la pandemia donde la aprobación de la ciudadanía sobre la gestión de Fernández había llegado a superar el 70%.
La bronca
Es cierto que pese a sus diferencias con Alberto, el gobernador Suarez trató de que las cosas no se salieran del cauce institucional y se aguantó varias descortesías, como la de ser ignorado en la comitiva confeccionada para la primera visita oficial que Fernández hizo a Chile, a pesar de que Mendoza es la provincia argentina con mayores lazos comerciales con la tierra de Neruda por ser sede del principal paso entre las dos naciones.
Pero la peor y que lo hizo explotar fue la mala fe de Alberto Fernández quien al tener que laudar en el diferendo entre Mendoza y el gobierno de La Pampa por la ejecución de Portezuelo del Viento, no dudó en adelantar -cuatro meses antes de lo pautado- que su fallo iba a ser contrario a Mendoza. Y lo hizo nada menos que en la capital pampeana y con desparpajo militante. Suarez sabía que eso y mojarle la oreja a los mendocinos era todo una misma cosa.
Como para echar más sal en la herida, el Presidente organizó una visita a Mendoza para inaugurar en Lavalle una obra realizada con fondos nacionales (la ampliación de la planta depuradora de líquidos cloacales de Paramillos)
Suarez, quien aseguró no haber recibido la invitación del protocolo presidencial para ese acto, anunció entonces que no iba a compartir el acto en Lavalle con el Presidente de la Nación porque tenía "mucha bronca y no puedo ser hipócrita" ante la forma del Presidente en tirar abajo, sin argumentos contundentes, lo que aquí se había considerado "la obra del siglo", precedida de años de estudios sobre el río Grande.
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Un sector de la población avaló a Suarez por su ausencia en Paramillos, pero otro no menos importante creyó que lo cortés no le hubiera quitado lo valiente y que estar presente en una visita presidencial hubiera hablado bien del mendocino.
En uno de los encuentros que Alberto y Suarez mantuvieron en 2020 para hablar de sus diferencias sobre el manejo de la pandemia, el gobernador mendocino le expresó; "La diría con mucho respeto, que no debemos detenernos en que el concepto único es la cuarentena. También tenemos que respetar las normas y debemos convivir con el virus (..) Estamos viendo el humor público. La gente tiene miedo al Covid, pero también vemos que la gente no puede tolerar o resistir un nuevo aislamiento", según reprodujo en su momento Diario UNO.