En un primer momento, Aldrich negó ante la Policía su relación con Jones. Luego, el personal de la prisión encontró en la celda del recluso cartas de amor, una de las cuales contenía una imagen de un tatuaje con el número de su celda. Durante una revisión médica a Aldrich, se descubrió el mismo tatuaje en la parte superior de su muslo izquierdo. La joven admitió el cargo por mala conducta en un cargo público, así como por contrabandear un teléfono móvil y una tarjeta SIM en la prisión.
El juez John Thackray QC declaró que sus acciones habían "puesto en peligro la seguridad de la prisión", y recordó que la mujer desarrolló una relación cercana con un recluso a pesar de haber recibido capacitación sobre "los peligros obvios" de hacerlo.