Los desafíos en la cadena de suministro de Pfizer de las materias primas utilizadas en su vacuna contra el coronavirus influyeron en su decisión de reducir su objetivo de producción para el 2020, según dijo una portavoz de la farmacéutica a Reuters.
Los desafíos en la cadena de suministro de Pfizer de las materias primas utilizadas en su vacuna contra el coronavirus influyeron en su decisión de reducir su objetivo de producción para el 2020, según dijo una portavoz de la farmacéutica a Reuters.
Pfizer ha dicho en las últimas semanas que anticipa producir 50 millones de dosis de su vacuna de COVID-19 este año. Esta cifra es inferior al objetivo anterior, que era de 100 millones de dosis. La vacuna de Pfizer se basa en un régimen de dos dosis, lo que significa que se necesitan 50 millones de dosis para inocular a 25 millones de personas.
Una portavoz de la empresa afirmó que “la ampliación de la cadena de suministro de materia prima tomó más tiempo del esperado”. También señaló que el hecho de que los resultados del ensayo clínico de Pfizer llegaran más tarde de lo esperado, explica que se produjera un número menor de dosis a finales de 2020.
La portavoz añadió que las modificaciones de las líneas de producción de Pfizer ya están completas y que se están fabricando dosis completas a un ritmo rápido.
Pfizer solicitó en noviembre una autorización de emergencia para su vacuna contra el coronavirus a los organismos reguladores de Estados Unidos. Las autoridades estadounidenses esperan que la vacuna obtenga la autorización oficial este mes. El Gobierno del país prevé que su primera asignación de la vacuna incluya 6,4 millones de dosis, a las que seguirán otros paquetes.
Las autoridades reguladoras de Reino Unido ya han autorizado la vacuna de Pfizer para su uso en el país. La decisión generó distintos cuestionamientos en Europa y Estados Unidos por considerar que su aprobación se realizó de manera prematura.
Una de las voces que se manifestó al respecto fue el epidemiólogo experto Anthony Fauci, máxima autoridad estadounidense en enfermedades infecciosas, quien cuestionó el enfoque utilizado por el Reino Unido. “Si vas rápido y lo haces superficialmente, la gente no querrá vacunarse”, señaló.
“El Reino Unido no lo hizo con tanto cuidado. Se adelantaron un par de días. No creo que eso haga mucha diferencia”, añadió el epidemiólogo de la Casa Blanca.
Sin embargo, luego de que sus declaraciones dominaran la conversación pública, Fauci las retrotrajo: “Nuestro proceso tarda más tiempo que en el Reino Unido, esa es la realidad. No quise insinuar ningún descuido pese a que (la declaración) salió de esa manera”, expresó. “Tengo una gran confianza en el trabajo del Reino Unido, tanto en el ámbito científico como en el regulatorio”, agregó.
No obstante, Fauci no había sido el único en pedir cautela con respecto a la decisión de las autoridades británicas. Los temores provienen de la posibilidad de que se repita parcialmente lo sucedido en China y Rusia, donde algunas fórmulas recibieron aprobaciones antes que se presenten resultados de la fase 3, que Pfizer sí ha divulgado de forma provisional.
Uno de los matices provino de Alemania. “Considero que esta decisión es problemática y recomiendo que los Estados miembros de la UE no repitan el proceso de la misma manera”, dijo Peter Liese, un eurodiputado miembro del partido de la canciller Angela Merkel. “Unas pocas semanas de examen minucioso por parte de la Agencia Europea de Medicamentos (EMA, por sus siglas en inglés) es mejor que una precipitada autorización de comercialización de emergencia de una vacuna”, añadió.