Durante la tradicional misa del Miércoles de Ceniza, al papa Francisco se lo vio toser a menudo y sonarse la nariz, y el jueves canceló sus actividades y se quedó cerca de Santa Marta, mientras el mundo se pregunta si no estará enfermo de coronavirus.
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Las autoridades del Vaticano se limitaron a informar: "El Sumo Pontífice padece una ligera indisposición", sin ahondar en la naturaleza de la enfermedad.
Pese a sus 83 años, Francisco tiene una buena salud, aunque se sabe que de joven perdió parte de un pulmón debido a una enfermedad respiratoria y que sufre de ciática, lo que le dificulta caminar.
El tema es que en medio del brote de coronavirus que parece haberse extendido con más fuerza en Italia, donde produjo la muerte de 12 personas y hay casi 400 enfermos, la salud del Papa es una cuestión de Estado.