El incendio Pickett es el más peligroso hasta ahora, solo está contenido en un 13 % y ya arrasó más 2.700 hectáreas. Según el Departamento de Bomberos de California (Cal Fire), miles de hogares del condado de Napa permanecen bajo órdenes de evacuación. Aunque el fuego mostró un leve descenso en intensidad durante el fin de semana, continúa alimentado por la maleza, el pasto seco y los árboles muertos, lo que dificulta su control.
El gobierno de California desplegó personal de emergencia en 12 condados, incluyendo áreas metropolitanas como Los Ángeles, además de regiones vulnerables como Kern, San Diego, Santa Bárbara, Ventura, Sierra Nevada, Plumas, Placer, Calaveras y Trinity. El objetivo es reforzar el combate contra los incendios y proteger a las comunidades en riesgo.
Mientras tanto, en Oregón, el incendio Flat representa otra gran amenaza. Actualmente consumió más de 8.500 hectáreas y no tiene ninguna contención. Se ubica a tan solo tres kilómetros al noreste de la ciudad de Sisters, donde más de 4.000 hogares están en peligro directo.
La población de la costa oeste vive con temor de que estos incendios se conviertan en una repetición de tragedias recientes. A comienzos de este año, un fuego devastador en el condado de Los Ángeles dejó al menos 31 muertos, 150.000 evacuados y más de 16.000 estructuras destruidas. Esa catástrofe, que tardó más de tres semanas en ser controlada, fue uno de los desastres naturales más costosos en la historia de Estados Unidos.
Hoy, con temperaturas extremas y vientos que favorecen la expansión de las llamas, los expertos temen que el escenario en California y Oregón se agrave en los próximos días, prolongando una temporada de fuego que ya está marcando récords.