La tormenta Leslie golpeó Portugal el domingo a la mañana con vientos de 176 km por hora, arrancando árboles y dejando a cientos de miles de hogares sin electricidad, antes de llegar al norte de España, que se prepara para unas lluvias torrenciales.
El huracán, que erraba por el océano Atlántico desde el 23 de septiembre, se degradó a tormenta postropical en las primeras horas de ayer y gran parte del país estaba en alerta roja.
"Lo peor ya pasó. El fenómeno afectó sobre todo a las regiones del litoral centro y norte del país", declaró ante la prensa Luis Belo Costa, comandante de la Protección Civil portuguesa.
La tormenta dejó 27 heridos leves y unas sesenta personas tuvieron que ser realojadas, precisó el responsable, añadiendo que el distrito de Coimbra (centro) había sido el más afectado, por delante de las zonas de Leiria (centro), Aveiro (norte), Viseu (norte), Lisboa y Porto (norte).
En total, los equipos de emergencia registraron más de 1.900 incidentes, en gran mayoría causados por los árboles arrancados, o por los tejados dañados por la fuerza del viento.
Unas 324.000 personas sufrieron cortes de electricidad pero, el domingo por la mañana, casi todas las casas recuperaron la corriente.