“No finjas que no hay un problema en los Estados Unidos. No le des la espalda al racismo”.

La contundente frase no es de ningún político ni de un referente artístico o social. Mucho menos de un cura o un pastor.

Ese es el concepto central de un tuit y de un video con el que la empresa de calzado y ropa deportiva Nike inundó las redes sociales para concientizar sobre el asesinato de George Floyd, el afroamericano que murió asfixiado por un policía durante una requisa y que ha generado una ola de manifestaciones en los Estados Unidos.

Quizá usted me diga: che, no es beneficencia lo de estos cosos. Los publicistas abren el paraguas porque los negros son fieles consumidores de zapatillas de esa marca.

Okey. Pero en ninguno de los anteriores atropellos brutales contra  los negros de los últimos 200 años una empresa de ese país había sido tan contundente en poner de manifiesto esa peste endémica que sigue siendo el racismo en USA, a pesar de todos los avances registrados, incluido el de un Presidente negro.

Espalda y silencio

Antes de seguir, me permito recordarle el texto completo del mensaje de Nike: “Por una vez, no lo hagas. No pretendas que no hay un problema en Estados Unidos. No le des la espalda al racismo. No aceptes que nos quiten vidas inocentes. No pongas más excusas. No pienses que esto no te afecta. No te sientes y hagas silencio. No pienses que no puedes ser parte del cambio. Seamos todos parte del cambio”.

Y aquí viene el otro dato saliente Apenas se masificó el mensaje de Nike, su competidora directa, la multinacional alemana Adidas, se sumó a la iniciativa.

Tome nota de cómo lo hizo: Adidas utilizó el mismo tuit del perfil oficial de la marca norteamericana y lo retuitió acompañado de este eslogan propio al final: “Juntos es como avanzamos. Juntos es como hacemos el cambio”.

Oportunismo, me dirá alguien. Quizás, pero inédito. Y bienvenido en esta época de pandemia.

De Jordan a Benetton

No hay que olvidar que el relumbrón comercial y publicitario que terminó de imponer el nombre de Nike en el mundo se lo dio un basquetbolista negro y grandote, Michael Jordan, cuando en los años '80 pasó a ser la figura central de sus publicidades.

Quizás un tibio antecedente de lo que hoy nos llama la atención sean las publicidades de la firma italiana Benetton con la frase United Colours que desde los años '90 utiliza de modelos para sus ropas, a niños y jóvenes de todos los colores de piel y de diferentes continentes.

El prejuicio es una de las peores pestes endémicas de la humanidad y el racismo es uno de sus productos más crueles.

George Floyd, a quien sus amigos llamaban “el gigante amable” por su altura, rasgo que en su juventud le había servido para intentar ser basquetbolista, se desempeñaba como guardia de seguridad privada. Fue detenido cuando la policía buscaba a alguien que había intentando hacer pasar un billete falso de 20 dólares en un comercio.

Sin aire

Derek Chauvin se llama el policía que asfixió a Floyd estando ya sometido en el piso. Le aplastó el cuello con su rodilla derecha mientras el hombre negro le decía que ya no podía respirar. Un vecino filmó la ejecución sumaria con su celular. Esas imágenes ya han dado la vuelta al mundo.

Como si fuera un alguacil desquiciado, el presidente Donald Trump, ha usado también un tuit para fines muy distintos a los de Nike y Adidas.

El viernes pasado mientras los manifestantes protestaban en las principales ciudades del país, Trump les envió un tuit a los que peticionaban frente a la Casa Blanca, en Washington. Decía así: “Si se pasan de la raya, empieza el tiroteo”.

Lo dicho: “No finjamos que no hay un problema en los Estados Unidos”.

Temas relacionados: