Enfrentamientos entre manifestantes y la policía antimotines, bloqueos de carreteras, marchas multitudinarias en varias ciudades y estaciones de subte cerradas marcaron las primeras horas del paro nacional en Colombia, convocado para este jueves por organizaciones sociales contra "el paquetazo" de medidas del presidente Iván Duque que incluye reformas laboral y previsional.
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En Medellín se reportaron los primeros enfrentamientos entre el Esmad (Escuadrón Móvil Antidisturbios) y encapuchados durante el transcurso de una movilización que se dirigía hacia el parque de las Luces, donde se concentró el gremio de maestros.
En Bogotá, desde la madrugada empezaron los primeros reportes de bloqueos en las estaciones del Transmilenio (TM), el sistema de transporte público de la ciudad capital: "Se detiene la flota y se cancela alimentación. Los buses inician retornos en la estación 21 Ángeles", explicó TM a través de su cuenta de Twitter.
En el populoso sector de Suba, en el noroeste de Bogotá, también hubieron bloqueos esporádicos en algunas estaciones del TM y conatos de enfrentamiento entre la Policía y manifestantes.
Al grito de "el pueblo unido jamás será vencido", una multitud increpó a policías que acudieron al lugar y lanzaron gases para dispersar a quienes bloqueaban los accesos.
El miércoles el presidente, Iván Duque, advirtió que garantizaría el orden durante el paro.
"Defenderemos con todas las herramientas que nos da nuestra Constitución el derecho de los colombianos a vivir con tranquilidad", aseguró mientras crecen los temores de contagio regional, tras las crisis desatadas en Chile, Ecuador y Bolivia.
Duque reiteró en una alocución que "hay unos pocos" que ven en el derecho a la protesta "una oportunidad de agitación basada en mentiras", y que lo único que buscan es generar división entre los colombianos.
Las autoridades aseguran tener datos fiables de la posibilidad sobre la preparación de actos de vandalismo.
Como prevención, las clases se suspendieron en muchas universidades y colegios y varias empresas reorganizaron sus horarios laborales, mientras los alcaldes garantizaron el funcionamiento de los sistemas de transporte, informó el periódico bogotano El Tiempo.
El paro, llamado a principios de octubre por el Comando Nacional Unitario, conformado por las centrales obreras del país, fue creciendo en convocatoria con la adhesión de otras organizaciones sindicales, sociales y estudiantiles.
El gobierno aseguró que no hay ningún texto definido en relación a los temas que concentran el reclamo popular, y que los proyectos que presente serán concertados.
Pero las organizaciones de trabajadores argumentaron que varios voceros del Ejecutivo ya dejaron claro que apuntan a la flexibilización laboral y a debilitar el organismo estatal que gestiona las jubilaciones, a favor de los fondos privados.
El amplio abanico de exigencias incluye el fin del incesante asesinato de líderes sociales, indígenas y ex combatientes que firmaron la paz, las ejecuciones extrajudiciales por parte de las Fuerzas Armadas y la estigmatización de la protesta social.
Desde el lunes, las Fuerzas Armadas y la Policía permanecen en acuartelamiento "de primer grado" por orden del comandante, Luis Fernando Navarro, quien instruyó la medida como prevención.
La ministra del Interior, Nancy Patricia Gutiérrez, dijo que el gobierno dará plena potestad a alcaldes y gobernadores para tomar decisiones extraordinarias, entre ellas el toque de queda, para garantizar la seguridad y el orden público durante la huelga.
Las autoridades temen que el llamado se vea potenciado por el creciente descontento popular ante un Ejecutivo que mantiene abiertos múltiples frentes de fricción social, lo que despierta -entre los organizadores- grandes expectativas.
Recientemente Bolivia, Chile y Ecuador fueron escenario de fuertes crisis políticas marcadas por protestas callejeras que aunque con efectos y causas diversas, son interpretadas como un movimiento telúrico que recorre la región con fuerza potencial para erosionar, como mínimo, gobiernos.