En el norte de Kenia, un elefante toro quedó atrapado en el lodo. Un pastor lo vio e inmediatamente fue a buscar a un guardabosques de la comunidad quien notificó a su sala de control y comenzó la dura tarea de intentar rescatar al animal.
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El elefante estaba exhausto y severamente deshidratado. Poco a poco fue sacado del barro que si no hubieran llegado los guardaparques hubiera sido su tumba. Luego, después de haber sido bañado, se levantó, se sacudió bien y se alejó.
El punto aquí no es solo que el elefante ahora está vivo y bien, sino que todas estas organizaciones, aunque operan en partes extraordinariamente remotas de Kenia, son capaces de comunicar, planificar, apoyar y actuar en el rescate de esta increíble criatura.