Se ubica en la villa del mismo nombre, en San Rafael. Allí funcionó un oscuro patronato. Ahora hay un albergue para jubilados y una sala de teatro que usa el Espacio Inca.

La Colonia 25 de Mayo pasó del horror olvidado a la recuperación

Por UNO

A la vista es un lugar hermoso. Muchos árboles, espacios verdes enormes, antiguos edificios imponentes. Y si uno habla con los que están allí ahora, la belleza parece confirmarse. Un centro cultural impulsado por un grupo de teatro independiente, un albergue de una asociación de jubilados y pensionados... parece un buen lugar. Pero hay algo en el aire, algo denso, pesado. Y esa sensación tiene un motivo y una historia. Una que casi nadie quiere recordar.

A 25 kilómetros de San Rafael está la Villa 25 de Mayo. Y dentro de ella, oculto entre árboles y el intento de olvidarlo, está Colonia 25 de Mayo, uno de los patronatos de Mendoza que desde su construcción, en 1943, y hasta quedar abandonado casi 20 años atrás fue uno de los sitios más oscuros de toda Mendoza, tanto como los otros dos establecimientos similares que había en Agrelo y en la capital mendocina.

Ahora es distinto. La mayoría de los espacios están abandonados, pero hay dos edificios que están recuperados.

"Después de muchas gestiones conseguimos, en el gobierno de Celso Jaque, que nos dieran este lugar en comodato", dijo Pantaleón Pizarro, actual presidente de la Asociación de Jubilados y Pensionados de San Rafael. "Fue difícil ponerlo en condiciones, porque no teníamos un peso", aseguró. Ahora es un albergue, que la asociación aprovecha con fines turísticos, para ellos o para arrendarlo a alguna delegación que visite la zona.

El otro edificio que hoy tiene utilidad es el que fue el principal del complejo, el más imponente. Todavía está en proceso de recuperación, pero ya uno de sus salones principales se ha transformado en una muy atractiva sala de teatro. Es el del Centro Cultural Espacio Inca, impulsado por un elenco de teatro que, también después de largas gestiones, logró que se lo cedieran y con mucho esfuerzo fue restaurando y equipando cada espacio.

"Es una forma de ir concretando nuestros sueños y utopías. Queremos un espacio que sea para todos. Para los artistas, para hacer talleres, música. Un lugar abierto", afirmó María Anahí Epuyao, barilochense, criada en Neuquén y que vive desde 2000 en la villa, de donde es oriundo su marido.

Buscando el pasado

Colonia 25 de Mayo fue predio y construcción del Estado nacional y no ha sido posible encontrar registros escritos de su historia. Apenas se han logrado testimonios remisos que, siempre, hacen referencia a un pasado oscuro, casi macabro. Ha surgido siempre el "me contaron", pero los testimonios directos parecen estar encriptados por el dolor.

"Una vez, en alguna obra de teatro que hicimos aquí, vino un hombre con su familia. Nos contó que cuando niño había sido un interno de este lugar. Que se había fugado cinco veces y que siempre regresó porque había dejado aquí a un hermanito menor y que todos los niños eran víctimas de abusos y maltrato", recordó Anahí Epuyao.

"También recuerdo a otro hombre, que nos contó que en la época de la dictadura chilena una pareja cruzó hacia Mendoza con sus tres hijos, una nena y dos varones. Que aquí los detuvieron y los deportaron, pero les quitaron a los niños y los dejaron internados en este lugar. Un tiempo después la pareja logró volver a Mendoza y llevarse a sus hijos, pero ya todos habían sido abusados", contó la artista y gestora cultural.

Hay muchos que repiten relatos similares, hechos por terceras personas. Todos se parecen, todos relatan abusos, violencia, espanto. Pero todos están sin nombres, sin fechas y los testigos directos parecen haber hecho un pacto de silencio, por más que ese pacto no haya sido nunca acordado.

Investigación sobre los ex centros de reclusión de menores

Hay dos investigadores del Conicet que han realizado sendos trabajos de investigación: Carolina Farías Carracedo y Juan Manuel Cerdá. Pero ambos trabajos, completos al referirse a las políticas de minoridad, la ley y los patronatos en la provincia desde la década del '30 en adelante, sólo mencionan superficialmente a la Colonia 25 de Mayo. Se centran especialmente en la Colonia 20 de Junio, creada en 1958, que junto con la Colonia Granja Modelo 9 de Julio, de Agrelo (creada en 1941), y la de San Rafael fueron los principales patronatos, orfanatos o centro de reclusión de menores en Mendoza.

La Ley de Patronato Nacional fue sancionada en 1919. Recién el 1937 se promulgó la creación del Tribunal de Menores en Buenos Aires y en ese mismo año también lo hicieron Santa Fe y Mendoza, impulsada esta última por Guillermo Cano. Fue la ley 1.304. Es la que considera por igual a menores de 18 años que hubieran cometido "delitos o faltas" (SIC) y a los "cuyos padres, tutores o guardador se encontrasen ausentes, ignorándose su paradero o padecieran de incapacidad física o mental o hubiesen fallecido".

En estos trabajos se mencionan testimonios en los que se da cuenta de que los niños debían trabajar, además de recibir educación laica y religiosa, y que eran frecuentes los castigos con torturas.

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