Cecilia voló. Le dieron alas para ser libre. Y lo consiguió. Su soledad y su depresión serán parte de su pasado. La chimpancé de 20 años, por cuya calidad de vida lucharon desde abogados hasta ambientalistas de Mendoza, tendrá ahora una familia de su especie en un santuario en Brasil en donde pasará sus días con otros casi 50 monos y hasta quizás conozca, por qué no, algún compañero con el que pueda reproducirse. Todo puede pasar en la nueva vida de Cecilia.
Dejó atrás la tormenta. Dejó atrás los cruces entre quienes estaban en contra de su traslado y quienes bregaban por él. Dejó atrás su jaula en el zoo de Mendoza. Cecilia ganó su pase a una vida mejor. Y pasará a la historia, además, por ser "la primera en el mundo que está usufructuando del derecho de vivir en un Santuario, concedido por medio de un hábeas corpus, un instrumento jurídico, hasta entonces, exclusivamente humano", de acuerdo con lo que afirma, con orgullo, el sitio del Proyecto Gran Simio.
Este miércoles a las 20 Cecilia salió de la jaula en la que la trasladaron -la última vez que estaría encerrada- y caminó libremente por los jardines del santuario en donde la esperaba un jugoso plato de frutas frescas en su recinto. Cecilia tuvo hasta un cartel de bienvenida al lugar en el que pasará el resto de sus días.
Pedro Pozas Terrados, director ejecutivo del Proyecto Gran Simio, publicó un video en su cuenta de Facebook en el que mostró a la chimpancé dando sus primeros pasos en Brasil y explicó que pasará una pequeña cuarentena antes de ser trasladada a un grupo, para entrar en contacto con sus -desde ayer- compañeros de ruta.
La travesía
La chimpancé partió desde Mendoza el lunes por tierra hasta Buenos Aires. De allí se embarcó ayer en un avión de la empresa Lan Chile con destino al aeropuerto de Guarulhos, en San Pablo (Brasil), con llegada prevista para las 9. De acuerdo con lo que publicaron en la página del Proyecto Gran Simio, al llegar al aeropuerto y después de cumplir con las normas del Ministerio de Agricultura y de la Receta Federal, fue oficializada su permanencia en Brasil y siguió su trayecto en camión rumbo al Santuario de Grandes Primates de Sorocaba, en un viaje que calculaban que duraría unas dos horas.
Luego de estos dos días de viaje, la chimpancé llegó ayer en la noche al santuario que cuenta, entre otros beneficios, con una "escuelita" para el desarrollo cultural y social de los chimpancés.
Desde la Asociación de Funcionarios y Abogados por los Derechos de los Animales, quienes interpusieron el hábeas corpus que liberó a la chimpancé, calificaron lo sucedido ayer de "hecho histórico y feliz".