Algo similar habían hecho los investigadores con el celular de Diego Aliaga, el hombre asesinado en julio pasado cuyo crimen fue el detonante de la actual causa de las coimas federales ya que se cree que era la mano derecha del juez Walter Bento –de hecho entre ambos había más de 250 llamadas cruzadas-.
Una vez que los detectives tuvieron el chip con el número del juez, intentaron recuperar algunas cuentas de correos electrónicos y redes sociales. Sin embargo, ese número no estaba asociado con Google, Yahoo, Hotmail, AOL, Linkedin, Facebook, Mercadolibre o Skype.
Donde dieron en el clavo fue con Telegram, una aplicación similar a WhatsApp, pero que tiene mejores mecanismos de seguridad. El 13 de mayo pasado lograron ingresar al perfil de Walter Bento. Con lo primero que se encontraron es con el nombre "Walter" y una foto de perfil de un búho -el magistrado es fanático de estos animales y coleccionaba todo tipo de adornos que los representan-. Luego vieron que la última vez que se había conectado fue el 5 de mayo pasado –día en que se realizaron los primeros allanamientos e imputaciones- desde un Iphone 12 Pro.
El magistrado había eliminado casi todos los contenidos de sus chats y borró 56 cuentas desde 2015 hasta esa fecha. Pero algunas de las conversaciones quedaron registradas.
Hay una en especial que llamó la atención a los investigadores de la megacausa de las coimas. Se trata de un diálogo que mantuvo con una de sus secretarias el 26 de febrero pasado. A esa altura, Walter Bento todavía no había sido imputado en el expediente por las presuntas coimas federales pero ya imaginaba lo que venía.
La secretaria le envió una foto donde le mostraba un correo que había enviado un remitente identificado como “Diego Aliaga”, quien ya había sido asesinado meses atrás. El mail tenía copia a distintos medios de comunicación y hacía referencia a presuntas amenazas en la causa. “Qué quilombo. Cuando llegue lo vemos”, le contestó el magistrado.
En las conversaciones del magistrado federal también hay vínculos con personajes políticos y colegas suyos de la Justicia provincial, lo que generó cierta preocupación en los pasillos de Tribunales.
Maniobra
El mismo 13 de mayo mientras los investigadores buceaban en los chats de Walter Bento, de repente se encontraron un obstáculo. El chip fue dado de baja ya que le habían dado de alta a otro. Cerca de las 20.30 detectaron que se activó la cuenta de Telegram desde un teléfono Samsung ubicado en Buenos Aires.
Inmediatamente las autoridades volvieron a acudir a Movistar solicitando una SIM Card nueva y dejando la orden expresa de prohibir cualquier tipo de cambio en ese numero telefónico. Pero cuando intentaron volver a abrir Telegram se encontraron que ahora tenía una contraseña de verificación y el esfuerzo fue en vano.
El fiscal Dante Vega remitió la información sobre el celular de Walter Bento al Consejo de la Magistratura para que defina si se debe investigar el hecho de que borró información siendo el teléfono oficial que le proveyeron. Mientras tanto, el artefacto sigue sin aparecer.