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Este lunes comenzó el tercer juicio por jurados de la provincia con un llamativo caso ocurrido en Godoy Cruz hace casi un año. Una mujer es juzgada por asesinar a su marido, pero la defensa dice que se trató de legítima defensa ya que sufría violencia de género.

Claudia Jaquelina Cortez Tarabay (49) es la protagonista del proceso. Enfrenta una acusación de homicidio agravado por el vínculo, delito que prevé la única pena de prisión perpetua.

El hecho ocurrió el 28 de junio pasado en un domicilio ubicado en calle México al 2233, en el barrio Villa Jovita de Godoy Cruz. Allí vivía la mujer junto a su esposo, Carlos Ernesto Pelayes(48), y los tres hijos del matrimonio -de 23, 16 y 6 años-.

En las primeras horas de la mañana de esa jornada, uno de los jóvenes llamó al 911 notificando que su padre se había descompensado en una habitación. Personal médico acudió al lugar y constató que el hombre se encontraba sin vida aparentemente por una muerte natural.

De hecho en ese momento la mujer ratificó esa versión, agregando que la víctima había llegado al domicilio pocas horas atrás y se desmayó, por lo que comenzó a pedir auxilio.

Sin embargo, cuando personal de Policía Científica realizó las inspecciones de rigor en la escena del hecho constató que el cadáver presentaba una herida cortopunzante debajo de la clavícula.

El fiscal de Homicidios Gustavo Pirrello tomó intervención e imputó a Cortez. El magistrado sostiene que la mujer asesinó a su pareja y luego lavó el cadáver y la habitación para hacerlo pasar por un infarto.

Uno de los hijos del matrimonio declaró en el expediente y aseguró que existían antecedentes violentos entre sus progenitores, generalmente agravados por el consumo de cocaína.

Tal como ocurrió en el juicio de Petean Pocoví, la defensa de Cortez no discute que haya sido autora del asesinato pero sostienen que se trató de legítima defensa, es decir, que se defendió de uno de los tantos ataques que sufría en contexto de violencia de género.

Para el fiscal Pirrello, el hecho de que haya sido violentada en ocasiones anteriores por su pareja no justifica el accionar homicida.

Será tarea del jurado popular escuchar los testimonios e inclinarse por una versión. En caso de que prime la tesis acusatoria, el juez técnico Aníbal Crivelli condenara a la mujer a prisión perpetua. Caso contrario, recuperará su libertad.