Un hombre fue condenado a tres años de prisión tras abusar e intentar raptar a una adolescente en Dorrego. El hecho, que fue admitido por el agresor, ocurrió hace exactamente tres meses y a plena luz del día en esa zona residencial de Guaymallén.
Un hombre fue condenado a tres años de prisión tras abusar e intentar raptar a una adolescente en Dorrego. El hecho, que fue admitido por el agresor, ocurrió hace exactamente tres meses y a plena luz del día en esa zona residencial de Guaymallén.
Fernando Adrián Martínez Rodríguez fue sentenciado a esa pena de cumplimiento efectivo por los delitos de abuso sexual simple y rapto en grado de tentativa. La jueza Eleonora Arenas dictó el fallo tras un acuerdo al que llegaron el fiscal de Delitos No Especializados Juan Manuel Sánchez y el abogado defensor Nicolás Segovia.
Fernando Martínez estaba muy comprometido en la investigación y por eso decidió pactar un juicio abreviado donde admitió ser el autor del hecho. De hecho, el hombre había sido detenido por vecinos de Dorrego a los pocos segundos de cometer el intento de rapto.
El condenado está alojado en el penal desde entonces y ahora deberá someterse a tratamientos para agresores sexuales y además porque padece problemas de alcoholismo.
El 7 de diciembre pasado, en horas de la siesta, una joven de 18 años se encontraba en la esquina de Adolfo Calle y Uspallata, en Dorrego. La víctima se encontraba esperando el micro para asistir a una clase en la Universidad Nacional de Cuyo.
En ese momento fue sorprendida por Fernando Martínez que la abordó por la espalda y la amenazó con un cuchillo. El hombre comenzó a manosear a la víctima e intentó subirla a un vehículo, pero la joven se resistió y logró zafarse. Varios vecinos notaron la situación y comenzaron a perseguir al delincuente, que fue reducido a las pocas cuadras y hasta se encontró el arma blanca.
Tras su captura, las personas sacaron fotos al hombre y a su documento de identidad. Luego las publicaron en varias redes sociales a modo de escrache.
En el expediente nunca fueron individualizados la o las personas que estaban a bordo del rodado y que serían cómplices del agresor, según comentaron fuentes judiciales.