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El 4 de abril pasado comenzó a ser juzgado en un debate que se extendió durante varios días y que incluyó la declaración de una docena de personas, algo inusual para un delito menor. En la etapa de alegatos, la fiscal Correccional Gabriel García Cobos solicitó que el joven sea condenado a una pena de 6 años de prisión en suspenso y una multa de mil pesos.
Por su parte, la defensora oficial Claudia Acevedo solicitó la absolución argumentando que quien vivía en la casa era Diego Aliaga, que su representado solía ir circunstancialmente pero no residía en el lugar y que no había ni un sólo indicio que demostrara que Juan Ignacio Aliaga era el verdadero propietario de la escopeta.
Este lunes, el juez Sebastián Sarmiento se inclinó por la tesis de la defensa y terminó absolviendo al imputado por el beneficio de la duda.
Diego Aliaga
Una de las últimas imágenes con vida de Diego Aliaga.
Otra acusación
Más allá de que en caso de ser condenado no iba a quedar preso, la absolución alivió a Juan Ignacio Aliaga considerando que tiene otra causa pendiente en la Justicia Federal. Justamente en el caso contra Walter Bento, el joven está procesado por falso testimonio, un delito que prevé de 1 mes a 4 años de cárcel. Si bien esa calificación también permite una pena en suspenso, la realidad hubiera sido otra si ya tenía el antecedente condenatorio por la tenencia de arma.
En ese expediente, el joven está acusado de haber declarado en la causa negando conocer a Walter Bardinella Donoso -un presunto financista de una banda narco y socio de su padre Diego Aliaga- pero después se detectó que había cruzado varios mensajes de Whatsapp con ese hombre. Por esta causa deberá afrontar un nuevo debate en la Justicia Federal.