Esta semana en la nueva edición de la revista Caras, el empresario Eduardo Costantini y su novia mendocina Elina Fernández revelaron detalles de su historia de amor.
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Desde Amsterdam, el exitoso empresario y la top model celebraron sus cinco meses de relación en un viaje romántico por Europa y hablaron de la convivencia, de los 44 años que los separan, y de las exquisitas comidas que prepara el dueño del Malba.
"Nuestro amor es un milagro", dice la pareja en la entrevista íntima en la que además cuentan por primera vez cómo se conocieron.
“Yo estaba en el Paseo Alcorta, y al salir estaba lloviendo. No había ido en el auto, así que pedí un Uber que nunca llegó, después busqué un taxi, pero fue imposible encontrar uno. No veía la hora de volver a mi departamento de Puerto Madero. No me quedó otra que cruzarme hasta el Malba y hacer tiempo en la confitería del museo. Me senté y a los cinco minutos se sentó Eduardo a un par de metros. ¡Desde ese momento, no pudimos dejar de mirarnos!", cuenta Elina a la revista.
"Me encantó, parecía una novela o una película de Woody Allen. Era un flash que sentimos. Pasaron más o menos treinta minutos, paró de llover, pedí la cuenta, y él entendió que me iba. Entonces se levantó y vino a mi mesa. Y así nos conocimos", concluyó.
A través de la empresa de Constantini se desarrolló Nordelta, uno de los emprendimientos urbanos más grandes de América Latina. Construido en 1999, se encuentra en el partido de Tigre, a 30km del centro de la Ciudad de Buenos Aires, y tiene una extensión de 1.700 hectáreas en el que residen 35.000 personas.
En 2008 Costantini recibió el Premio Konex, diploma al mérito como Empresario de los medios y los servicios y Malba fue reconocido como la mejor entidad cultural de la última década.