En concreto, especialistas indican que estos árboles suelen florecer días antes del equinoccio de primavera en marzo. Pero investigadores de Asia, Europa y América del Norte han registrado el brote del jacarandá de forma anticipada, considerándolo como un síntoma de inviernos más suaves debido al calentamiento global, caracterizados por temperaturas cálidas en temporadas donde habitualmente hacía frío.
En consecuencia, mientras las plantas están marchitas, el color llega a las calles de México gracias a este árbol. Sin embargo, este brote anticipado refleja otro problema que pocos tienen en consideración: las flores que crecen prematuramente corren el riesgo de no coincidir con colibríes o abejas, resultando en la pérdida de néctar y fertilización.
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Este árbol nativo de México crece hasta 20 metros.
Esto implica que la polinización se vea afectada, con menos semillas y frutos, especialmente en cultivos. Además, la floración temprana representa una liberación anticipada de polen, prolongando las molestias estacionales para quienes padecen alergias.
Características principales del jacarandá
Este árbol puede crecer entre 5 y 20 metros, dependiendo las condiciones climáticas y el suelo. Se caracteriza por tener una copa extendida y redondeada, con flores hermafroditas que crecen en grupos de hasta 25 cm de largo. Respecto al desarrollo de sus raíces, son de desarrollo oblicuo, iguales y fasciculadas, no invasoras. Según especialistas, demora hasta 7 años en alcanzar su forma y tamaño ideal.