El escritor y periodista mendocino Rolando López, acaba de publicar su sexto libro. "8 premiadas" es una compilación de ocho crónicas que participaron de certámenes nacionales entre 2003 y 2018 y que recibieron algún galardón.
López, una extraña conjugación de cirujano y artista, utiliza un lenguaje palabras simples, usándolas de tal forma que cada una se transforma en única, valorada, insustituible. Y así lleva al lector a su mundo, el de las buenas historias que pocos ven y que muchos menos saben contar.
En las 8 crónicas hay frases y párrafos perfectos, ideales.
"Ella debe mantener el descanso eterno lejos del olvido y de la decadencia", escribe, en "No limpio la tumba de mi hija".
"De haber estado al tanto sobre cómo terminaron muchas de las mujeres que su hijo había abrazado, tal vez no hubiera hecho tan prolongada
aquella demostración de afecto", dice López en "Lady killer".
En "Pequeños narcos, entre Mendoza y Chile, cuenta: "No es sencillo comprender cómo tres chicas empleadas domésticas de Mendoza acabaron presas en Chile con más de un kilo de marihuana adherida a sus cuerpos. Al ser descubiertas en el paso Los Libertadores, las fotos de las jóvenes ganaron los diarios y se las podía ver, desde el cuello para abajo, como a una suerte de momias mal enrolladas".
Rolando escribe "El gesto de agobio y cansancio es tan palpable que impresiona; su mirada pesa al dirigirse al infinito del tres cuartos perfil", en "De niña a mujer".
A la crónica biográfica de Germán Ejarque, la titula con un textual: "No puedo espantar una mosca, pero quiero ser gobernador".
En "Argentinos en Aguaviva", cuenta: "El pueblo, preso de un ritmo
cancerígeno, estaba condenado a desaparecer".
En "Un día para morir" dice que "Francisco Wiecek, alias El Polaco, se afeitó presto para hacer lo que mejor sabía: cometer un asalto".
Y en "Crisis y prostitutas" escribe un párrafo perfecto, desolador: "Mañana vence el gas. Y recuerda que solo tres meses atrás, a esa hora, ya hubiera hecho la plata suficiente para pagar el servicio. Son las siete de la tarde de
un jueves y Elizabeth es una prostituta que no ha hecho ni un
centavo".
Rolando López es así, despiadadamente sencillo, brutalmente simple.
Mientras "8 premiadas", de Bruma Ediciones, ya se puede conseguir en varias librerías de Mendoza y a través de las redes contactando a su autor, ya está organizada la presentación oficial en la Feria del Libro de Mendoza, el viernes 6 de septiembre, a las 21, en el Espacio Julio Le Parc.
Entre tanto, López se somete a la entrevista.
-¿Por qué escribís y cuándo comenzaste a sentir qué hacerlo iba a ser tu oficio?
-Porque tuve la suerte nacer en una familia con inquietudes artísticas y culturales en la que nunca faltaban los libros ni los discos. Mi padre abogado, tenía una máquina de escribir Lexicon 80 modelo 72 en su estudio. Entonces yo jugaba a que era escritor de las novelas negras después de hojear los ejemplares de la colección de El Club del Misterio. Nunca dudé de que me iba a dedicar a eso (me refiero a escribir); pasa que, como muchos me metí en los diarios y en las revistas para tomar el atajo de ser publicado.
-¿Tenés unas estrategia para enganchar al lector y que permanezca en el texto hasta el final?
-Tres máximas: 1-Usar siempre frases breves 2- Empezar la nota con algo que capture la atención y 3- Descartar excesos retóricos y suprimir adjetivos inútiles. Pero no siempre resulta bien.
-¿Cuáles son las diferencias y parecidos entre periodismo y literatura?
-Están dadas por quien las escriba siempre que se trate de la gráfica. Un buen escritor tiene posibilidades de ser un buen periodista si le imprime al texto datos y trabajo de investigación y demás. Ahora si un cronista no escribe bien, podrá tener la primicia más grande, pero no proveerá de placer a quien lee el artículo.
-El periodismo escrito, ¿se muere o tiene futuro?
-Ni lo saben ni los especialistas que aburren con sus predicciones todo el tiempo acerca de la muerte anunciada del periodismo como se conoció. Si tiene futuro, de lo cual no estoy seguro, se me hace que tendrá que ver con la sobrevivencia de notas de calidad. Que el periodismo bien narrado se imponga contra la dictadura de los clicks de "las notas más leídas" que por lo general son engañosas. Personalmente apuesto a que eso suceda; porque como consumidor de noticias le doy mucha importancia a cómo me lo cuentan y a cómo me tratan como lector.
-Y, entre el digital y el papel, ¿cuáles son las diferencias?
-A estas alturas es como la diferencia entre el cine mudo y las series tan en boga hoy.
-¿Hay referencias a seguir en medios y periodistas?
-Me gusta el New York Times y la revista Gatopardo -entre otras publicaciones- que condensan las noticias presentadas con prosa exquisita. Como periodistas de carne y hueso no tengo referentes.
-¿Quién es el lector de la crónica?
-Los periodistas que quieren hacer crónicas son los primeros lectores de crónicas. Increíblemente se trata de un género del que se habla mucho, se escribe mucho, pero se lee no mucho.
-¿Has escrito tu historia ideal? Y, si no es así, ¿cuál es la que más te ha satisfecho y por qué?
-Las que me gustan son las biografías: he hecho muchas. No quiere decir que sea bueno; solo quiere decir que me gusta hacerlo. Casi siempre estoy escribiendo una biografía. Ahora mismo estoy contando los 100 años de una empresa para un libro.