Pero luego de recaudar más de 500 millones de dólares con la quinta gira más taquillera de la historia, ¿es normal que una banda desista de los beneficios de un tour mundial por motivos ambientales?
El impacto de una gira mundial
El deterioro de la salud del planeta está llevando lentamente a las industrias a replantearse las formas tradicionales en la que organizan sus actividades diarias. Desde el mundo de la moda y la comida, hasta los medios de transporte y el consumo excesivo de energía, casi la totalidad de las prácticas humanas actuales desembocan en alguno o varios tipos de contaminación.
DATOS DE LA ONU
- Moda: produce más del 8% de los gases de efecto invernadero y utiliza el agua que necesitan 5 millones de personas
- Residuos: cada años se recolectan 11.200 millones de toneladas de residuos sólidos. Solo se ha reciclado un 9% del desecho plástico que se ha generado en la historia.
- Transporte: depende casi por completo de los combustibles fósiles y constituye un cuarto del total de la energía relacionada con las emisiones de dióxido de carbono.
- Energía: con un 35% del total de las emisiones generadas, es el sector que más contribuye a nivel global en la contaminación.
Con esta pequeña pero significativa porción de datos, las consecuencias ambientales que ocasiona una gira mundial musical se hacen evidentes. Por un lado, tanto autos y transporte público que utilizan las miles de personas que asisten a los conciertos como los vuelos que necesitan las bandas para ir de ciudad en ciudad por el mundo. La gran cantidad de combustible que requieren los aviones los convierten en uno de los medios de transporte más contaminantes. Sobre esto refería Chris Martin en 2019 como "uno de los factores más complejos de cambiar para disminuir su huella de carbono".
Por otro lado, las toneladas de productos de merchandising que se comercializan en los conciertos suelen terminar en la basura, muchas veces sin ser reciclados. Además, los espectáculos masivos invitan a un consumo masivo: papel, cartón y plástico a gran escala que termina convertido en basura para el medioambiente.
Por último, ningún concierto, evento o festival se puede desarrollar sin un recurso fundamental: la electricidad. Según Modasa, empresa peruana de soluciones energéticas, "un concierto de música puede necesitar una potencia de energía de entre 600 kw y 1.4 Mw, equivalente a entre 15.000 y 32.500 focos para un concierto. Esta demanda se comparte entre las pantallas LED, iluminación de escenografía, sonido, etcétera".
En los últimos conciertos, Modasa proveyó de energía con grupos electrógenos arrojando los siguientes datos en orden de consumo:
- Rolling Stones: demandó un total de 1.3 Mw (megavatios)
- Coldplay: 1.1 Mw (equivalente a 25.000 focos)
- Maná: 600 kw (kilovatios)
En los shows de Coldplay abundan los juegos de luces láser, humo de todos los colores, papeles, Xylobands, enormes pantallas LED, y demás; sin mencionar los potentes sistemas de sonido que toda banda debe utilizar para tocar en vivo.
Las declaraciones en 2019 del vocalista de la banda británica fueron precisas respecto a sus intenciones por lograr la mejor gira posible en materia medioambiental: "Nos decepcionaría si no fuera con carbono neutral. Nuestro sueño es tener un espectáculo sin plásticos de un solo uso y en el que se use en gran medida energía solar”. Aún no sabemos qué medidas ecológicas concretas tomará Coldplay durante Music of the Spheres, su gira mundial 2022. Lo que sí se sabe es que la decisión del reconocido conjunto ya hizo ruido en la industria musical y llevará a más personas a replantearse el impacto de sus acciones en el planeta.