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Cada vez se le da más importancia al cuidado en la salud integral de perros y gatos para el bienestar animal y de su entorno humano.
Esto provocó que desde hace cinco años aumentaran las veterinarias dedicadas exclusivamente a tratamientos conductuales y farmacológicos para mejorar la calidad de vida de perros y gatos. La actividad tiene su base en la etología, una especialidad que estudia científicamente y trabaja sobre el comportamiento animal.
Los veterinarios especializados en etología clínica, mejor conocidos como los “psiquiatras” de los animales, son contados con los dedos en el país. Y en Mendoza acaba de abrir un consultorio, único en la región de Cuyo, que atiende estas patologías de los perros y gatos.
La prevención en salud salva vidas humanas y también animales
Se trata de Conducta Animal Pet Care, un lugar ubicado en Godoy Cruz que atiende pacientes caninos y felinos con problemas de conducta. Algunas graves y otras gravísimas. Pero en su mayoría que pueden “salvarse” mediante un tratamiento que implica, sobre todo, cambios también en los hábitos de ese hogar donde vive la mascota.
El objetivo es, según insiste la responsable de la veterinaria, la etóloga y docente universitaria Gabriela Quesada, "trabajar en la prevención y en el bienestar de la vida animal en convivencia con las personas".
“La etología clínica es la rama de la medicina veterinaria que diagnostica y trata los problemas de conducta animal. Se la conoce como psiquiatría animal porque los trastornos son muy similares a los que tenemos los humanos”, explica la profesional, que lleva 15 años dedicada a este enfoque dentro de su profesión.
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La médica veterinaria Gabriela Quesada y su hermano Pablo abrieron el primer consultorio psiquiátrico para perros y gatos.
Foto: Axel Lloret /Diario UNO
El espacio -que Quesada fundó junto a su hermano Pablo- está pensado para minimizar el estrés de los pacientes: se atiende con turno previo, no se cruzan perros y gatos, y todo está diseñado bajo un criterio pet friendly, según pudo observar Diario UNO en una recorrida por el lugar.
“Vienen muchos perros muy asustados, agresivos o gatos extremadamente miedosos. Es fundamental que el entorno también acompañe el tratamiento”, dice Quesada.
Es posible cambiar la conducta agresiva de perros y gatos
La atención comienza con una entrevista en profundidad con el tutor o tutora. A veces ni siquiera es necesario que el animal esté presente. “Muchos diagnósticos se hacen a partir del relato del comportamiento. No hace falta traer al gato si va a pasarla mal. Lo importante es entender el problema en contexto”, cuenta la veterinaria, quien suele recibir pacientes derivados de sus colegas.
Salud emocional y bienestar en su vida social, prevención de problemas de conductas agresivas o autodañinas y educación a los tutores son los ejes sobre los que se mueven los tratamientos integrales y sistémicos que ofrece Quesada y que "no tienen efectos secundarios ni afectan la salud", asegura.
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Las primeras semanas y meses de vida de los perros y gatos son las que mayor impacto tendrán en su conducta.
Foto: Axel Lloret /Diario UNO
Las consultas más frecuentes que recibe -unas cinco o seis por día- tienen que ver con ansiedad, agresividad, autolesiones, trastornos de eliminación (como problemas urinarios) y conductas compulsivas en perros y gatos. Y aunque el diagnóstico puede sonar alarmante, el enfoque de Quesada es siempre esperanzador.
“Muchos casos que parecían perdidos, con recomendación de eutanasia, se salvaron gracias al tratamiento. Se puede lograr un cambio real en el comportamiento del animal”, confirma.
El tabú a la medicación psiquiátrica en perros y gatos
El abordaje es siempre integral y personalizado, e incluye "modificación de conducta, enriquecimiento ambiental y, en muchos casos, tratamiento farmacológico", detalla Gabriela Quesada. Aquí es donde suelen aparecer dudas o resistencias de los tutores.
“Hay un tabú, como en los humanos, con el uso de psicofármacos en las mascotasde nuestro hogar. Pero son necesarios y los cambios que generan son impresionantes. Salvan vidas”, afirma con convicción.
Los medicamentos que se utilizan son los mismos que para humanos -“porque en Argentina no existen psicofármacos veterinarios desarrollados como en otros países”, aclara- y siempre son recetados bajo estrictos criterios clínicos.
No se trata de dopar al animal. Se trata de estabilizarlo emocionalmente para que pueda avanzar con las otras etapas del tratamiento No se trata de dopar al animal. Se trata de estabilizarlo emocionalmente para que pueda avanzar con las otras etapas del tratamiento
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Hace 15 años que la veterinaria Gabriela Quesada trabaja en el comportamiento de perros y gatos.
Foto: Axel Lloret /Diario UNO
Uno de los focos del trabajo de Quesada está en la educación del entorno humano de ese perro o gato con problemas. “El animal no cambia solo. El tutor también tiene que cambiar sus hábitos, su forma de comunicarse, de jugar, de contener. Necesitamos a toda la familia involucrada. Sin eso, no funciona”, sentencia.
En perros, el trabajo incluye técnicas de "obediencia en positivo", sin ningún tipo de castigo. En gatos se recomienda el enriquecimiento ambiental: rascadores, juguetes en altura, cajitas de cartón y uso de feromonas sintéticas que imitan las señales de bienestar que ellos mismos emiten en estado de calma.
El avance en el desarrollo de juguetes para mascotas
“También aplicamos técnicas cognitivas conductuales para estimular la inteligencia emocional de las mascotas. Los perros y gatos son muy inteligentes, pero si no se los estimula, se frustran y eso puede desencadenar problemas en su comportamiento”, explica mientras apreciamos juegos de estrategia y juguetes sofisticados.
Sobre este avance en el desarrollo de una verdadera "juguetería animal", Quesada nos cuenta de los juguetes interactivos, diseñados para estimular la mente animal: alfombras olfativas, rompecabezas que esconden comida, platos con laberintos para frenar a los perros glotones, y hasta aparatos que ruedan y reparten croquetas al azar.
Los juguetes que vienen ahora son geniales porque los obligan a pensar, a resolver, a usar su instinto de forma sana. Es parte de su salud emocional Los juguetes que vienen ahora son geniales porque los obligan a pensar, a resolver, a usar su instinto de forma sana. Es parte de su salud emocional
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La médica veterinaria especializada en etología pone atención en estímulos positivos para modificar conductas animales.
Foto: Axel Lloret /Diario UNO
La profesional recuerda que cuando comenzó a estudiar en Mendoza nadie hablaba del tema. Hoy, aunque sigue habiendo pocos etólogos en Argentina, la demanda no para de crecer.
“La pandemia fue un antes y un después. Se adoptaron muchos animales, y al convivir más tiempo se hizo visible lo que antes se ignoraba. Eso generó una conciencia distinta sobre el bienestar animal”, explica y confiesa que ha visto "parejas separarse o hijos que traen a la mascota de la casa sin que sepan sus padres" por la dificultad que conlleva vivir con un perro o un gato con malos comportamientos.
La salud enfocada en el bienestar animal
Al ser única en la región, en su veterinaria atiende pacientes de toda la provincia y también de otras como San Juan, San Luis y Neuquén, donde no hay especialistas disponibles. Gracias a la virtualidad, el alcance de su trabajo es aún mayor.
“Tenemos entre cinco y seis consultas diarias. La mayoría son casos críticos. Lo ideal sería que vinieran antes, cuando aparece el primer síntoma, cuando el cachorro empieza a portarse distinto. Pero la realidad es que la mayoría consulta cuando ya no sabe qué hacer con su mascota”, se lamenta Quesada, ya que su misión en la medicina veterinaria es la prevención.
Y concluye con una frase que resume toda su filosofía de trabajo: “La sanidad emocional de un animal no es un lujo. Es parte de su bienestar. Y ese bienestar, cuando se logra, mejora también la vida de las personas que lo rodean”.