Elecciones

Elecciones en Bolivia: habrá segunda vuelta y los favoritos quedaron relegados

Dura derrota del oficialismo. El democristiano Rodrigo Paz, quien estaba relegado en las encuestas se imponía en las primarias sobre el conservador Tuto Quiroga

Por UNO

Dos candidatos opositores se proyectan a disputar el balotaje en Bolivia. Rodrigo Paz, candidato presidencial del Partido Demócrata Cristiano (PDC) se ubicaba primero en los resultados oficiales provisorios en las elecciones primarias.

Las urnas en Bolivia ubican a Rodrigo Paz Pereira con el 32,04% de los votos, superando al expresidente conservador Jorge “Tuto” Quiroga, quien partía como favorito en las encuestas.

Para ganar en primera vuelta un candidato debe obtener más del 40% de los votos y una diferencia de al menos 10 puntos porcentuales sobre el segundo. Como ninguno de los postulantes logró esa ventaja, la elección se encamina a una segunda vuelta prevista para el 19 de octubre.

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El candidato oficialista Eduardo del Castillo (MAS), respaldado por el presidente saliente Luis Arce y vinculado al expresidente Evo Morales, terminó en el sexto lugar, lejos de los puestos de definición.

El retroceso del MAS confirma una tendencia que ya reflejaban algunos sondeos: la erosión del apoyo popular tras casi dos décadas de hegemonía política. El presidente Arce enfrentado con Evo Morales, quien llamó a anular el voto y demostró que aún conserva influencia simbólica en algunos sectores.

Un voto de enojo y castigo

El ascenso de Paz fue leído por analistas como un voto de enojo contra el sistema político. No solo castigó al oficialismo, sino también a figuras tradicionales de la oposición que habían encabezado la carrera, como Quiroga y Doria Medina. El resultado abre un escenario inédito: un candidato de perfil bajo y con escasa proyección en las encuestas se transformó en el principal referente de un nuevo bloque ciudadano.

Rodrigo Paz es hijo del expresidente Jaime Paz Zamora (1989-1993), pero construyó una carrera política con un estilo propio, alejándose de la vieja guardia que aún domina buena parte de la política boliviana. Su discurso, centrado en la renovación institucional, la transparencia y la lucha contra la corrupción, logró conectar con votantes desencantados de todos los sectores.

Su irrupción sorprendió por la magnitud del salto: pasó de ser un candidato marginal, con apenas un dígito en intención de voto, a liderar la elección en cuestión de semanas. Para muchos analistas, Paz encarna la necesidad de renovación generacional en la política boliviana, un terreno dominado durante décadas por Morales, Quiroga y otros nombres históricos.