Mercado quieto

Protección del granizo: los precios de la malla bajaron hasta 30% pero las ventas no repuntan

Proteger una hectárea del granizo con malla cuesta entre U$S4.000 y U$S12.000. Pero no todos los productores acceden al crédito para pagarlo. Las opciones

Sin aviones que sembraban nubes por 2do año consecutivo, ante el granizo al productor solo queda el Fondo Compensador si pierde la cosecha, o colocar malla para prevenir el daño en la temporada que se inicia. Pero, si bien los precios bajaron, las ventas no repuntan.

Es que el sistema de defensa pasiva, como se conoce al uso de la tela, no está al alcance de todos. Y con costos valor dólar, el financiamiento se hace indispensable para afrontar la inversión que implica proteger una hectárea de viñedo o frutales.

"El financiamiento es clave. Las mallas tienen una vida útil de entre 15 y 20 años, pero no es lógico que el productor pague con su capital de trabajo", reflexionó Gonzalo Losada, gerente comercial de Agrinet.

Con 72 millones de m2, la fábrica ubicada en Maipú es la principal proveedora del insumo en Mendoza, e incluso exporta a Chile, Estados Unidos, Marruecos, Canadá y algunos países europeos.

Cuánto cuesta proteger una hectárea del granizo

Al margen de las características de cada producto, instalar un sistema completo de malla antigranizo (tela, tensores, postes, alambres, etc) implica un presupuesto que arranca en U$S 4.000 por hectárea para un viñedo en espaldero.

Para un parral, el costo unitario se triplica: U$S 12.000/ha. Y aunque parezcan elevados, los precios están hasta 30% debajo de los de 2024, cuando proteger un espaldero oscilaba los 5.500 dólares y un parral ascendía a 17.000.

Mallas antigranizos horizontal2
Protección del granizo: los precios de la malla bajaron hasta 30% pero las ventas no repuntan. 

Protección del granizo: los precios de la malla bajaron hasta 30% pero las ventas no repuntan.

Claro que si la opción es adquirir solo la tela sin el resto de los insumos, el cálculo parte a razón de U$S 0,29 por m2. En todo caso, sin IVA, porque desde hace años la malla antigranizo está exenta del impuesto.

Con todo, más allá de que algunas grandes bodegas sostienen el negocio, Losada admite que el mercado hoy está planchado. Y que ni siquiera la línea específica de créditos que ofrece el Fondo de Transformación ayuda a dinamizarlo.

A su criterio "el problema de la macro son las tasas de interés. Sin duda que lo del Fondo ayuda, pero estamos trabajando en los requisitos, ya que no todos los productores, sobre todo los pequeños, están dispuestos a asumir una hipoteca".

En ese contexto, los productores sacan cuentas, y se ven lejos todavía.

"A esos valores, en nuestro caso tenemos que pensar en un presupuesto de más de 700 mil dólares para colocar malla, que es el doble de lo que cuesta la finca. Así que estamos lejos", reflexiona María, una productora vitivinícola de la zona Este.

Granizo y sol: para qué sirven las mallas fotoselectivas

En líneas generales y fuera de los condicionantes financieros y económicos, la tecnología ha incrementado la oferta en cuanto a tipos de telas o mallas. De hecho, la novedad de las últimas dos temporadas son las mallas de distintos colores.

No se trata de algo estético sino de una función específica que excede la protección del granizo. Son mallas "fotoselectivas" porque, de acuerdo al requerimiento, filtran más o menos la luz solar (fotosíntesis) para el cultivo y su productividad.

Adaptables tanto a viñedos como a manzanos, berries, pimientos y tomates, se comercializan en el mercado 3 tipos:

  • Las de color rojo: promueven el crecimiento del fruto y tamaño de las plantas.
  • Las azules favorecen el crecimiento vegetativo y la producción de biomasa.
  • Las blancas o color perla difunden la luz solar de manera más uniforme, en favor de la fotosíntesis.

La malla mendocina ya se exporta a USA, México, Colombia y Perú, con un valor agregado: obtener frutos más grandes, de mejor color y más nutrientes. Y también, al filtrar rayos UV, facilita el control natural de plagas y enfermedades.

Incluso Agrinet, junto a INTA y la UNC ya encaró estudios para constatar un ahorro de hasta 20% del consumo de agua para riego.

Temas relacionados: