La naturaleza mostró su poder el 20 de agosto en Alberta, Canadá, cuando una tormenta azotó la región con granizo del tamaño de pelotas de golf. Este evento dejó una huella en el paisaje que los satélites pudieron capturar desde el espacio una cicatriz de 200 kilómetros de longitud.

Piedras de hielo con diámetros de hasta 5 centímetros cayeron sobre una franja de territorio que abarca 15 kilómetros de ancho. Los vientos alcanzaron velocidades de 120 km/h, equivalentes a un huracán de categoría 1. Las imágenes satelitales muestran el rastro dejado por esta tormenta en forma de una marca que contrasta con el paisaje circundante.

Destrucción en el sur de Alberta

Brooks, una ciudad ubicada 160 kilómetros al sureste de Calgary, fue el epicentro de la devastación. Piedras de granizo perforaron techos, destrozaron vehículos y doblaron torres eléctricas hasta formar ángulos de 90 grados. Colleen Foisy, una residente, describió la escena: "Toda la parte delantera de la casa está destruida. La cerca del frente se arrancó de los postes de cemento".

Este fenómeno se originó por la presencia de una "supercelda", un tipo de tormenta que contiene corrientes ascendentes rotatorias. Aunque produjo pocos rayos, la tormenta generó condiciones para la formación de granizo de gran tamaño. Esta foto satelital tomada por el satélite Aqua de la NASA cuatro días después del evento muestra la magnitud del impacto.

granizo marca
En las imágenes de la NASA se puede observar claramente el daño que causó la potente tormenta en el terreno tejano.

En las imágenes de la NASA se puede observar claramente el daño que causó la potente tormenta en el terreno tejano.

Además de los daños, la tragedia cobró víctimas animales. En la granja White Barn Fun Farm, vientos derribaron una cerca que mató a un camello bactriano y a un pony que eran "mejores amigos", según relató el propietario del establecimiento. Un caballo y varias aves también resultaron heridos durante el evento.

El área afectada se extiende por una distancia equivalente a la mitad del Gran Cañón, creando un "granizo alley" que quedó marcado en el suelo. Esta cicatriz, visible desde el espacio, representa uno de los daños por tormentas de granizo más extensos registrados en Norteamérica.

Alberta: territorio de tormentas extremas

Esta región de Alberta recibe el apodo de "callejón de las tormentas de granizo" por buenas razones. El clima y la geografía crean condiciones para el desarrollo de este tipo de fenómenos. Cada año, decenas de eventos similares afectan la zona, aunque pocos alcanzan la magnitud del registrado en agosto.

Los números hablan por sí mismos: en los últimos cinco años, los daños por tormentas de granizo en Alberta superaron los 6 mil millones de dólares canadienses, sin contar los costos del evento más reciente que aún se calculan. Esta foto satelital del 24 de agosto muestra la punta del iceberg de un problema que afecta tanto a propiedades como a actividades económicas de la región.

Muchas de las personas afectadas por esta tormenta todavía se recuperaban de un evento similar ocurrido en julio. La frecuencia de estos fenómenos convierte a Alberta en una de las zonas más activas del mundo en términos de actividad meteorológica, donde las imágenes desde el espacio se vuelven herramientas para evaluar daños y planificar respuestas.

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