Durante el evento, se expresaron los desafíos de ir hacia una política industrial verde, en una economía donde los recursos sean utilizados más eficientemente; elevar la productividad de la economía en el sentido tradicional pero siendo más amigables con el medioambiente.
Además, se plantearon distintas estrategias para fortalecer la continuidad productiva de la compañía y la importancia de resguardar los puestos de trabajo.
La empresa exporta el 85% de su producción, y lleva diseñadas y fabricadas más de 200 turbinas para 40 países.
Tan solo en Argentina, las turbinas generadoras tienen el potencial de captar unos 2.000 millones de dólares, aunque también produce torres eólicas, puentes grúas, generadores para industria nuclear, entre otros.
En la reunión se ahondó sobre las características particulares de IMPSA como empresa de gran escala, su capacidad productiva a partir del desarrollo de energías renovables y el reciente proceso de crisis que atravesó.
La empresa, se resaltó, ha acumulado competencias a lo largo de su historia en áreas como el transporte, energía nuclear, combustibles, distribución eléctrica, gestión energética y telecomunicaciones.
Pero también desarrolló bases de conocimiento en nuevos conocimientos estratégicos, como data, analytics, inteligencia artificial, machine learning e inteligencia artificial.
Todo esto sumado a su núcleo productivo que es la producción de maquinaria e ingeniería para la energía eólica, por lo que se coincidió en que es primordial poner en valor estas capacidades adquiridas de la empresa para no perderlas y ahí reside la importancia de la capitalización por parte del Estado.
Fuente: Télam