A partir de este nivel máximo la producción comienza a caer todos los años ubicándose esteaño en 45,7 miles de millones de m3 (una caída del 12,8 por ciento). Pero la producción no estácayendo en todas las provincias, ya que se registran aumentos en Chubut y la Pampa, pero estosaumentos no pueden compensar las caídas de Neuquén, Mendoza y Santa Cruz, ya que estas tresprovincias representan más del 60% de la producción de todo el país. Inciden en este cuadro de caída las reducciones que registra YPF que desde el 2008profundiza su disminución productiva (25%) que ya se había insinuado durante el 2007. En estosmomentos la producción de YPF representa apenas el 25 por ciento de la producción total de gas,mientras que en los noventa su participación se ubicaba en el 35%. En los noventa el ritmo deincremento de la producción de gas fue mayor al de la expansión de las reservas, por lo tanto sefue reduciendo año a año la duración de las reservas en términos de la producción anual. En 1990 las reservas comprobadas cubrían 25 años de producción, pero en el año 2000 estarelación había caído a 17 años. Este coeficiente de reservas-producción anual se deteriora muchomás en los últimos años, pero esta vez no porque las reservas trepen menos que la producción sinosencillamente porque ahora las reservas disminuyen incluso en volumen. Es así como hacia el año2010 estimamos que las reservas comprobadas son un 55 por ciento inferiores a las correspondientesal año 2000. Esta merma de reservas de gas es preocupante ya que equivale a nada menos que 9 veces laproducción anual actual. Estas mermas en gas pero también en petróleo limitan las posibilidades deaumentar la producción, porque como expresan los petroleros al no aparecer nuevas áreas productivasse 'obliga a poner más bombillas en el mismo mate', el resultado es que disminuye la cantidadextraída por cada pozo de producción. Por ejemplo, hacia fines de los noventa un pozo de petróleoextraía en promedio 9 m3 por día, mientras que en la actualidad extrae menos de 5m3, es decir casila mitad. La información disponible a la fecha señala que durante este año 2010 se profundiza aúnmás la caída en las inversiones en exploración tanto de petróleo como de gas, ya que durante elprimer trimestre apenas se ha completado en todas las cuencas un solo pozo exploratorio y ningunode gas. Durante la actual administración, iniciada en mayo del 2003 se han consumido las reservas degas, pero también las de petróleo y generación eléctrica; esta descapitalización hasta ahora seubica en 150.000 millones de dólares, es decir el triple de las reservas de divisas del BancoCentral, magnitud equivalente a casi dos años de la inversión del país en todos los sectores o masgráficamente alrededor de 400 millones de vacunos. En un país como Argentina fuertementedependiente del consumo de gas (50 por ciento del total del consumo de energía) esto espreocupante; en el resto del mundo (salvo Rusia con reservas gasíferas por 75 años) el gas es muchomenos importante (24 por ciento del consumo total). El declinante esfuerzo exploratorio es el talónde Aquiles de nuestro sector energético, particularmente en gas. Las crecientes importaciones degas son muy caras para el país, ya que representan apenas el 8 por ciento del consumo total peronada menos que el 30 por ciento de los pagos a los productores locales mas oferentes externos. No estamos en presencia de una maldición geológica sino que estamos recogiendo los frutos depolíticas carentes de visión estratégica, que son las responsables de esta marcha acelerada haciala pérdida del autoabastecimiento de petróleo y gas. Se requiere la urgente implementación de unplan estatal de exploración de hidrocarburos, particularmente en nuestro mar, para ser ejecutadospor inversores privados, basado en licitaciones transparentes, abiertas y competitivas. Desde ya que este plan no podrá ser implementado sino se consolida un clima de confianza yestabilidad jurídica, particularmente en los aspectos tributarios. El problema no son tanto losimpuestos altos o bajos, sino la ausencia de reglas que aseguren la previsibilidad. Este sectortiene bastante con el riesgo geológico, propio de cualquier actividad extractiva, así que no esrecomendable agobiarlo con un riesgo adicional de carácter institucional. ¿Habrá que esperar hastael 2012 para tener una política que estimule la producción en hidrocarburos?