El mainstream económico viene insistiendo hace tiempo con que el Banco Central debe acumular reservas y trata de “presionar” a las estadísticas para que lo pongan en evidencia, incluso llegando a querer unir el desenvolvimiento de la tasa de Riesgo País con el nivel de reservas, sin darse cuenta -a veces a sabiendas, a veces por desconocimiento-, que la tasa de Riesgo País surge de combinar tasas implícitas de bonos de deuda soberana y no tiene nada que ver con las reservas del BCRA.
Es el tesoro el que debe acumular reservas
El mainstream económico (85% de economistas/analistas) insisten con un error de teoría monetaria que es que el BCRA debe acumular reservas
Este mito viene de la idea de tinte populista, en donde el BCRA es una oficina más del Estado y todo lo que hay allí el gobierno de turno lo puede usar como le venga en ganas, algo que hicieron los gobiernos anteriores desde el 2002 hasta noviembre del 2023.
BCRA versus Tesoro: Garro cuestiona el "acumular reservas" en el Central y propone superávit fiscal para evitar nuevos brotes inflacionarios. Imagen ilustrativa.
El dinero no es neutral: austríacos vs. Friedman/Lucas Jr.
Una de las grandes diferencias entre la visión austríaca y la del resto es que para los austríacos el dinero no es neutral. Su llegada al mercado desde un banco central impacta y distorsiona las señales de ese mercado (sistema de precios), generando decisiones distintas a las que los agentes económicos hubieran tomado sin ese dinero.
En el caso de Friedman y Robert Lucas Jr., el dinero sí es neutral. Para Friedman en el largo plazo, para Lucas siempre. La idea de neutralidad surge de creer que en el largo plazo, donde coinciden ambos premios Nobel, se “diluye” el efecto del ingreso en el mercado de ese nuevo dinero inyectado por el banco central, y la economía vuelve a su equilibrio anterior, quizás con un “nivel de precios” algo más alto. Dicho sea de paso, aquí también existe una gran diferencia entre ambas posturas.
Los austríacos hablan de sistema de precios relativos, mientras el resto (los mencionados y toda la vertiente neoclásica/keynesiana) habla de nivel de precios en términos de agregados.
El error de teoría monetaria deviene de mirar la economía por medio del equilibrio general de Walras y no desde la óptica metodológica de Menger y Böhm Bawerk, en donde la economía nunca está en equilibrio sino que tiende al equilibrio (error que cometió también Schumpeter, ahora que se puso de moda la “destrucción creativa” a partir del premio Nobel otorgado este año a seguidores de este economista, algo que trataremos en otra columna).
Cualquier alteración exógena derrama distorsiones por todos lados, entrando en escena el llamado “efecto Cantillon-Hume”, esto es, el dinero emitido llega primero a unos lugares que a otros (vía gasto público o crédito ficticio) producto de una decisión burocrática y no de mercado, haciendo que las decisiones iniciales de los agentes económicos cambien, lo que implica que se producirán y venderán productos y servicios diferentes a los que se hubieran producido y vendido sin esa masa de dinero en el mercado, y al final del camino de paso, perjudicando a los últimos en este proceso: los asalariados y los pobres.
Al mirar la economía en términos de “agregados estadísticos”, podría ocurrir en el extremo que en el largo plazo, la tasa de crecimiento de la economía sea igual o hasta superior de lo que hubiera sido sin ese nuevo dinero circulando, pero no hubiera respondido a decisiones eficientes del mercado sino a lo que el burócrata de turno cree que es lo mejor.
En el largo plazo (en donde no estamos muertos, mal que le pese a Keynes), el mercado detecta el error y la economía comienza su caída. El ciclo económico como un todo no existe, como demostraron Mises y Hayek: es provocado por esta intervención monetaria estatal.
Para la escuela austríaca de economía, la circulación de dinero emitido por el Estado por decisión de la política genera distorsiones. Imagen ilustrativa.
Es el Tesoro el que debe acumular reservas
Si seguimos la visión de los austríacos -y Javier Milei en buena medida lo hace-, es el Tesoro el que debe acumular reservas y de paso, como consecuencia de que el Tesoro tiene una cuenta en el BCRA, las reservas de este aumentarán pero de una manera sana, esto es, sin emitir moneda, sino vía superávit fiscal; el cual debe ser logrado bajando gasto público (como hace Nación) y no subiendo impuestos (como hacen provincias y municipios).
De ahí que sea tan importante que siga existiendo e incluso aumentando el superávit fiscal, ya que, le permitirá al Tesoro no sólo acumular reservas sino que lentamente comenzará a ser sustentable intertemporalmente el pago de la deuda soberana, haciendo bajar la tasa de Riesgo País y permitiendo rollear deuda.
El descalabro monetario heredado por el gobierno del presidente Milei era monumental y ha costado 2 años acomodarlo, y aún falta todavía terminar el proceso. Con el problema monetario en vía de ser arreglado por el BCRA, la próxima fase será comenzar a arreglar el descalabro de deuda en pesos.
En la última licitación de esta semana ese camino ha comenzado más fuerte, ayudado por el resultado de las elecciones. Aumentar duration (extender los plazos), bajar la tasa e ir rolleando cada vez menos (lo que implica ir pagando deuda en pesos), en la medida que la economía demande pesos por inversiones y crecimiento (demanda de dinero transaccional), es lo que se viene.
Es crucial que los políticos en general y el mainstream económico en particular entiendan que la inflación surge de mirar la tasa de crecimiento de la oferta monetaria en tiempo real versus la demanda monetaria en el mismo momento, no el IPC que publica el INDEC que es en todo caso una consecuencia indirecta de lo primero.
La distorsión se genera en el sistema de precios, aunque el “nivel” de precios sea estable. En cualquier parte del mundo (la suba del oro, la plata, Bitcoin lo evidencian) esto es así, pero en Argentina mucho más debido a que la demanda de pesos es muy baja por su historia de devaluaciones crónicas. Si se insiste con que el BCRA acumule reservas existe un riesgo muy grande que de inmediato pase a precios perdiendo todo el trabajo realizado hasta aquí por el gobierno.
Recordemos que alguno de los “famosos” del mainstream económico llegó a decir hace poco que tener inflación cero es malo, que es necesario al menos un poquito de inflación. La baja de los precios ha permitido una fenomenal redistribución de ingresos desde los que se beneficiaban con alta inflación (políticos y empresarios ineficientes) hacia la gente en general y los más pobres en particular. Tengan cuidado, pedir que el BCRA acumule reservas es pedir camufladamente que vuelva la inflación; si usted lee o escucha a algún economista/analista pedir esto, hay un alto porcentaje que sea un portavoz de los que quieren volver a ganar dinero a costa de la gente y de los empresarios eficientes.





